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¿Cuál era la razón por la que estaba corriendo? Ah, cierto: La alerta de kaijin. Así es, ese era el objetivo principal e inesperado que surgió en el día, el cual Badd había pegado como si fuera una nota adhesiva imaginaria en su frente "derrotar al monstruo y reportarlo". Fácil. O al menos lo hubiera sido si en el momento exacto en el que halló al monstruo; la única heroína Clase S junto a un tipo calvo que no conocía pasaron volando a través del cuerpo del kaijin y lo mataron. Ni siquiera quiso enojarse en ese momento.

–¡No vale la jodida pena!– exclamó con los nervios de punta.

Unos segundos después del penoso incidente. Badd, resignado, respiró fuerte por la boca debido el cansancio de todos los kilómetros corridos y desperdiciados.

Apretó el mango de su bate con una fuerza tal que podría romperlo en segundos, sin tan solo su bate no fuera... Irrompible. ¿Irónico verdad?

El héroe recordó con exaltación que Tama estaba dando a luz justo en ese preciso momento, lo cual distrajo fácilmente su mente hacia algo que realmente era mucho más trascendente para él. Zenko le había llamado justo cuando salió del hospital informándole las buenas nuevas y que, afortunadamente, le había hecho una camita a Tama la tarde anterior.

Badd sabía que debía volver a casa cuanto antes, exhaló profundamente expulsando cualquier rastro de inconformidad dentro de él por perder al kaijin y, en su lugar, se devolvió por el mismo camino hacia su casa; donde estaban su gata y su hermana. Ya se preocuparía después por su trabajo.

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–¡Zenko! ¿Dónde está Tama?– se quitó los zapatos apenas llegó a la entrada de la pequeña casa donde vivían.

–¡Badd!– corrió y abrazó a su hermano por la cintura siendo correspondida bastante rápido como era de esperarse –Tama está en su cama al lado del sofá, no te preocupes ya le di agua y comida.

–Gracias Zenko– susurró mucho más tranquilo –iré a ver cómo está ¿De acuerdo? –miró dulcemente a su hermana acariciándole el cabello, Zenko asintió como respuesta y agregó que esperaría pacientemente en la cocina por si necesitaba algo más.

El héroe dejó su bate a un lado de la puerta antes de ir con la felina, no quería ponerla más nerviosa de lo que seguro ya estaba. Cauteloso se agachó justo enfrente de la cama que había armado Zenko, no era sorpresa para Badd que la pequeña hubiera hecho una cama tan apropiada y cómoda para Tama, su hermana era talentosa e independiente y Badd estaba orgulloso de eso.

El azabache extendió lentamente su diestra y acarició con cuidado por detrás de las orejas de Tama, quién ronroneó plácidamente y se acurrucó aún más en la palma de su mano. Era demasiado adorable y Badd quería llorar por todas las emociones que le causaba ese pequeño momento. La gata ahora parecía consolarlo a él.

–Está bien... Todo va a salir b-bien...si– su rostro de falsa calma se resquebrajó, no aguantó más y llevó su manga rápidamente a su rostro para no derramar lágrimas innecesarias e hiperventiló un par de veces ante la atenta, y quizás, juzgona mirada de Tama.

Badd se conmovía fácilmente y era sensible, aunque no lo pareciera ¡Y era aún más llorón teniendo una gata tan linda como Tama!

—¡Badd, estás asustándola!— exclamó Zenko volviendo a la sala con una bandeja que contenía una toalla caliente para la gata.

—... Creo que necesitaré algo de ayuda aquí–

–Lo suponía.

[...]

El tiempo pasó inquietantemente lento para los hermanos esa tarde, quienes parecían algo aturdidos sobre lo que debían de hacer o peor; lo que NO debían de hacer. La confusión del momento se debió a que la llegada de los nuevos gatitos había sido en un día de improsivo total, Zenko por suerte había llegado de su escuela primaria unos veinte minutos antes de que empezara todo. Badd por el contrario se hallaba en otra ciudad para acabar con un kaijin, pero se arruinó todo al ultimo segundo.

✧Inefable✧((Batarou))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora