Capitulo 9

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Lincoln se despertó temprano esa mañana, antes de que el primer rayo de sol iluminara la habitación. Miró a Lynn, quien dormía plácidamente a su lado. Durante años, estos momentos de tranquilidad habían sido cada vez más escasos. La vida, con sus responsabilidades y desafíos, se había llevado gran parte del tiempo que solían dedicar el uno al otro. La imagen de Lynn durmiendo, su rostro sereno y relajado, le recordó a Lincoln cuán importante era para él hacer algo especial. Sabía que no podían permitirse perder más tiempo sin disfrutar de momentos significativos juntos.

Se levantó con cuidado, para no despertarla, y se dirigió a la cocina. Mientras preparaba el desayuno, pensó en todo lo que había pasado desde que se conocieron. Recordó sus primeras citas, los días en que apenas podían dejar de sonreír y reír juntos, y cómo cada pequeño gesto de amor había cimentado su relación. A medida que avanzaba en la preparación, cada detalle del desayuno parecía estar impregnado de amor y dedicación. Lincoln preparó panecillos recién horneados, cortó frutas frescas y preparó una jarra de jugo de naranja recién exprimido. Todo esto lo hizo pensando en lo que Lynn significaba para él, un reflejo de la gratitud que sentía por tenerla en su vida.

Cuando todo estuvo listo, Lincoln llevó la bandeja al dormitorio y la colocó suavemente sobre la mesita de noche. Se inclinó sobre Lynn, dándole un beso ligero en la mejilla para despertarla.

Lincoln: Buenos días, amor. Desperté temprano para prepararte algo especial.

Lynn abrió los ojos lentamente, y al ver la bandeja con el desayuno y el gesto de Lincoln, una sonrisa de felicidad apareció en su rostro.

Lynn: Buenos días, Lincoln. Esto es tan dulce. ¿Qué tienes planeado para hoy?

Lincoln: Quiero que sea un día solo para nosotros. Hace mucho tiempo que no tenemos un momento así. Empezaremos con este desayuno y luego te llevaré a un lugar muy especial.

Lynn se sentó en la cama, aún sonriendo, mientras comenzaban a disfrutar de su desayuno. Lincoln, con su café en mano, la miraba con un amor palpable. Cada bocado, cada sorbo, era un recordatorio de cuánto se había perdido el tiempo juntos.

Lynn: ¿Dónde vamos después del desayuno?

Lincoln: Primero, quiero llevarte al parque donde te pedí matrimonio. Fue un momento muy especial para nosotros, y quiero que revivamos esa memoria.

Lynn miró a Lincoln, sus ojos brillando con emoción.

Lynn: ¡Eso suena maravilloso! Estoy tan emocionada por lo que has planeado.

Después de disfrutar del desayuno, Lincoln y Lynn se prepararon para salir. Los niños estaban despertando y empezaron a hacer preguntas sobre el día. Lincoln, con un tono suave pero firme, les explicó que él y Lynn pasarían el día solos, y les pidió que cuidaran de Louis mientras ellos estaban fuera.

Lincoln: Hoy papá y mamá van a pasar el día juntos. Necesitamos que cuiden de Louis y que se comporten bien.

Los niños, aunque inicialmente descontentos, entendieron que este día era importante para sus padres. Lincoln les recordó que serían bien recompensados con una película y una cena especial cuando regresaran.

Lori: ¡Pero papá, queremos ir con ustedes!

Lincoln: Lo siento, pero este es un día para mamá y para mí. Prometemos que tendremos una noche divertida en familia pronto.

Finalmente, Lincoln y Lynn salieron de la casa, y el aire fresco de la mañana los envolvió. Condujeron al parque, un lugar lleno de recuerdos felices. Mientras se acercaban al parque, Lincoln sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que había planeado algo especial, pero quería que cada detalle fuera perfecto para Lynn.

Ella es mi hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora