༒︎ Capítulo 14 ༒︎

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No fui consciente de lo que empecé a hacer. El frasco que me debía durar un mes me duró apenas dos semanas, una semana después de notar que el tiempo de efecto se redujo me quedé con las últimas dos pastillas.
Lo único bueno es que me alcanzaron para terminar la semana escolar y podría ir hoy después de clases a buscar más.

Ya tenía muchos mensajes de Ro pidiéndome explicaciones sobre la razón por la que fui a buscar directamente las pastillas, obviamente no le contesté pero tarde o temprano lo enfrentaría; más porque muchos planos de mi proyecto ya estaban casi terminados y necesitaba materiales con Akashi.
—Iré hoy a resolver ambas cosas—. Me dije a mí misma al tiempo que cerré mi libreta donde terminé de apuntar la tarea que nos dejaron.

—¡Tsuriko! Vámonos. Dijiste que hoy irías a mi casa a ayudarme con algunos bebés.
Hatsume estaba emocionada y desesperada porque la acompañara. La miré detenidamente con una sonrisa y me levanté para seguirla, apenas lo hice sentí el entorno girar y me mareé.
—¡Tsuriko!

Alcancé a sostenerme del pupitre y respiré profundo.
—¿Estás bien? —, no le contesté de inmediato. Me quedé pensando en lo que fue eso.
—Creo que no he comido bien estos días, debe ser eso.
Caminé y salimos del aula por fin.
—Deberías cuidarte más, te he visto demasiado distraída estos días en clases. El otro día parece que no te diste cuenta pero te quedaste mirando tus apuntes por cinco minutos, supongo que estabas disociaciando.

Asentí varias veces y cambié de tema, pregunté sobre sus bebés y fue suficiente para tenerla ocupada con otra cosa que con preocupaciones por mí.

De camino a la estación un zumbido me molestó por unos segundos, para justo después comenzar a escuchar los pensamientos de Hatsume.
Todo se resumía en ideas y preguntas sobre sus proyectos, era predecible por ese lado. Me decidí por soportar las molestias hoy para poder ayudarla, ya que desde inicios de semestre me estaba pidiendo ir a su casa.

Llegamos a la estación y subimos al tren que llevaba a su casa, otro punto es que está de camino al almacén de esas personas.
Tomé un asiento y Hatsume se sentó al lado, solo respiré hondo y dejé que los pensamientos me invadieran.
—Despiértame cuando lleguemos, Hatsume.

Alguien pensaba en el clima soleado y con eso sus recuerdos de los días que iba a nadar a la playa con su familia. Podía llegar a mi su sentimiento de nostalgia y añoranza.
La infelicidad de las personas no solo era su presente que no podían cambiar, sino también era su pasado al que no podían volver.

Intenté refugiarme en sus recuerdos y enfocarme en él para deshacerme del ruido mental de los alrededores. Fue la primera vez que sentí la calidez de la soledad de alguien. Por extraño que pareciera, me agradó la sensación.

Desperté del trance en el que entré cuando Hatsume me sacudió y la vi levantarse, habíamos llegado.
—Te quedaste dormida como diez minutos, ¿Estás cansada?
Negué y bajamos rápido del tren. —Tuve un sueño tranquilo, es todo.

Al llegar a su casa nos encontramos con su mamá limpiando, ahí noté que Hatsume era la viva imagen de ella.
—Buenas tardes, debes ser Tsuriko Sasaki. Hatsume me ha hablado mucho de ti, pasa —, entré y sentí la calidez de ese hogar, el olor de la casa también era agradable; si comparaba mi casa con olores frescos y fríos a los de aquí, un poco más cálidos y dulces, se notaba la gran diferencia. —Mi nombre es Sayu Hatsume, ten la confianza de decirme Sayu por favor. Mei, cualquier cosa estaré atrás terminando un quehacer, diviértete.

Se despidió y nos dejó solas, Hatsume me llevó hasta su cuarto y se puso a trabajar apenas llegó. Llamar a ese taller con una cama en la esquina un cuarto era demasiado, pero es lo que se esperaría de ella.

༒︎ Código Explosivo - 𝐁𝐍𝐇𝐀 ༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora