༒︎ Código Explosivo - 𝐁𝐍𝐇𝐀 ༒︎

༒︎ Capítulo 17 ༒︎

Pasé el domingo preparando una maleta para el viaje, también hablé con Katsuki de trivialidades y di un repaso para estar lista en el concurso.
Llegó la noche y con ella lo que me temía que pasara.
Insomnio.

Hacía años que no me daba insomnio, normalmente me pasaba cuando estaba nerviosa pero este no tendría que ser el caso. Estaba bien, era un concurso más al que si faltaba no pasaría nada.
Me moví de un lado a otro intentando buscar el sueño pero no funcionaba. Además al caer la noche los sueños comenzaron a molestar.
—Es inútil, intentar cumplir la promesa que le hice a Katsuki me va a matar.

Me levanté y busqué las pastillas en mi cajón, tomé tres pero no funcionó. Fue raro ya que esa cantidad era más que suficiente, tomé otras dos y nada.
Cuando empecé a notar el sabor lancé todos los frascos al piso y tomé mi teléfono para marcarle a Katsuki.

—¿Tsuriko? Dime qué quieres…
—¿Dónde están? Mis pastillas Katsuki no te hagas.
—Dijiste que no ibas a tomar ninguna hasta el concurso. Mentirosa.
—¡Tú eres el que miente! Dejaste un montón de pastillas de menta, ¿Por qué demonios lo hiciste? Las necesito o no podré dormir…
—Tsuriko—, me interrumpió. —Ro me contactó ese mismo día que fui por ti a la estación y me contó todo, creí que estaba enloqueciendo o simplemente estaba enojado contigo. Estoy molesto ya que al ver esas pastillas y escuchar cómo estás por ellas, tengo que darle la maldita razón a ese idiota—, se quedó en silencio, yo no dije nada pues estaba ocupada pensando en cómo conseguirlas para esta madrugada. —Sabes qué, olvídalo, las pastillas las tiré por la tasa de tu baño y lo haré cada que lo necesite si no me obedeces, además le contaré a tus padres para que te internen en un maldito psiquiatra. Mañana partiré a un campamento que me hará más fuerte y eso es en lo que me voy a enfocar.

Me colgó y aventé el teléfono a mi cama. Lo único que me quedaba era marcarle al tipo que me las proveía. No tenía su contacto directo pero sí el de su guardián que lo seguía a todos lados.
Marqué y tardaron en contestarme. Al final escuché la voz ronca de ese tipo.
—¿Cómo tienes este número?
Me reí fingiendo total tranquilidad. —Ustedes me dieron este número para cuando lo necesitara.
Hubo silencio por un momento y después habló. —Ya veo, eres tú, ¿Qué quieres?

Le expliqué que necesitaba un frasco extra pero se negó por la hora. Tuve que pedirle que me lo diera al triple si era necesario y aceptó, pero cometí el error de decirle que de límite tenía hasta mañana.
—Rui tiene una entrega a las cuatro de la mañana, ven poco después de esa hora y te atendemos. Ahora está cerrada tu farmacia.

Me colgó sin esperar respuesta. No lo soportaba.

Y así terminé, con el mismo insomnio. Entre el concurso, los sueños y las ideas que tuve para vengarme del idiota de Katsuki, no dormí.
Al aceptar que tendría que irme al concurso desvelada mejor salí al patio y preparé un transporte adecuado a la hora, ya que no había trenes.
La misma patineta que quería comprar ahora estaba en mis manos en una versión más veloz patrocinada por los propulsores que pude copiar de Hatsume, justa para la ocasión.
Después de ese frasco no podría pagar otro más hasta que pudiera conseguir dinero sin que mi padre lo notara. Tardaría pero ese ya sería tema para después.

Salí de casa y me subí a la patineta que hice para dirigirme lo más pronto posible a ese almacén. Anticipé los tiempos y me llevé ropa cómoda e ideal para el concurso, por suerte no pidieron el uniforme.
También le dejé una nota a mi padre diciendo que me adelantaría, todo estaba perfectamente calculado.

Tardé en cruzar de extremo a extremo quizás una hora, no lo medí bien. Pero era buen tiempo considerando que el tren hace normalmente media hora.
Iba rápido y si no fuera por mi poder que me permitía mantenerme en la tabla, ya estaría en el suelo, raspada y desmayada.