Por ahora está en correción ya que tiene muchos errores ortográficos ('-﹏-';)
En el pasado nos enamoramos a pesar de que era prohibido pero eso no nos impidió amor pero no permitieron que fuéramos felices y prometimos volver a reencontrarnos...
No lo sabías, pero algo te sorprendió. Podría jurar que incluso quedaste flechado. Algo en ti empezó a surgir, aunque pudieras negarlo… tarde o temprano tendrías que aceptarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Saori estaba escribiendo con detalle en una pequeña libreta; era como su diario, donde intentaba dejar constancia de lo que soñaba cada noche. Quería descubrir qué estaba pasando y si había alguna pista en esos sueños que la atormentaban. Aquella idea le había surgido de manera espontánea, pero aun así la seguía con disciplina.
Al terminar de anotar, dejó el bolígrafo sobre la mesa y se acercó a la ventana. Era de noche, y aunque deseaba dormir, sabía que en cuanto cerrara los ojos volverían los mismos sueños, un tormento abrumador. Con un ligero suspiro, decidió salir al jardín.
Allí estaba Seiya. Su semblante serio reflejaba cansancio y un aire pensativo, como si buscara respuestas en las estrellas. Saori lo observó por un instante antes de acercarse suavemente.
—Seiya… —lo llamó en voz baja.
Él volteó de inmediato, sorprendiéndose al verla despierta a esas horas, algo poco común en ella. Parpadeó, confundido.
—¿Saori? ¿Qué haces despierta? —preguntó el castaño.
Ella se sentó a su lado, sonriendo con un dejo de complicidad.
—La verdad no podía dormir, así que decidí salir un momento… hasta que te vi. ¿Y tú? —preguntó con curiosidad.
Seiya levantó la vista al cielo, soltando un suspiro pesado. El cansancio era evidente en su rostro.
—Yo solo trataba de despejarme un poco… —respondió con sinceridad.
Llevaba semanas sin poder dormir bien. Intentaba distraerse durante el día para no pensar en ello: entrenaba, hacía cualquier actividad, ayudaba a Miho, molestaba a Ikki y a Jabu, o simplemente se mantenía en movimiento. Pero en la noche, cuando todo quedaba en silencio, los recuerdos regresaban y lo perseguían, impidiéndole descansar.
—Noto que algo te tiene preocupado… ¿quieres contarme? —preguntó Saori con suavidad.
Seiya abrió los ojos como platos, sorprendido por la claridad con la que ella lo había notado. Durante un instante se quedó en silencio, sin saber exactamente qué responder. Saori, sin presionarlo, le dedicó una leve sonrisa.