III

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Narra TN

Pasaron varios días, teníamos un plan, muy bien estructurado.

Había pasado últimamente mucho tiempo con Aleksander, empezaba a confiar en él, pero sabía que también me ocultaba cosas, yo igual lo hacía, no podía quejarme, sería muy hipócrita de parte mío.

Me quedé pensando unos segundos antes de incorporarme...había tenido bastantes pesadillas, hacía todo para recordarlas pero en el momento en que abría los ojos...era como si me hubieran borrado la memoria.

Me levanté, ya era momento de poner en marcha el plan, quise comenzar a prepararme y así acompañar al oscuro y a su guardia para hablar con el mayor vandalo de las aguas, el capitán Sturmhond, no sabía mucho de él, pero Kirigan logro llegar a un acuerdo, no me contó detalles, últimamente no lo hacía.

Estaba quitándome el bata cuando entró Aleksander, se acercó a mi lentamente, lo mire tratando de analizar lo que su mirada decía, estaba serio, mostraba un semblante bastante frío, incluso me causó un pequeño escalofrío me miró de pies a cabeza, no estaba entendiendo lo que pasaba.

-¿Qué sucede?

Tomo mi menton y me dejo un leve beso en mis labios, ese acto me sorprendió, fruncí el ceño y retire la cabeza, sin embargo antes de que el diera un paso hacia atrás puso una serie de esposas en las muñecas, lo empuje y lo mire confundida, su semblante se volvió aún más frío, en sus ojos no había nada, solo un frío vacio.

-¡Soldados, lleven a nuestra invitada las masmorra!

-¡Que diablos te sucede!- trate de usar mi magia para liberarme pero no servía, no podía invocar nada, el no dejó de observarme en eso entraron varios soldados de Kefkas rojas.

Sin dudarlo dos veces corrí hacia la entrada, uno me atrapo, lo golpee aún esposada, ví que otro se acercaba y lo patee, logré salir o eso pensé, porque cuando puse un pie fuera de la carpa me encontre con varios Grisha de Kefkas azules, me tenían rodeada, salí corriendo en dirección contraria, cuando una rafaga de viento me lanzo y caí rompiendo una mesa, me levanté llena de dolor y trate de seguir corriendo entonces algo me dió en la espalda, seguido de otro en mi brazo y otro en mi pierna, caí de rodillas, me saque del brazo lo que esperaba que fuera algún tipo de bala, pero se trataba de una especie de pua hecha de hielo, sentí la sangre empezar a emerger de la región se mi espalda, pierna y brazo trate de levantarme si mucho exito, porque cuando lo intente volví a caer por otra pua que me lanzaron en la otra pierna, me gire gritando de dolor, Aleksander se encontraba frente mio junto con los demás Grisha y dijo:

-Duermela- lo mire asustada, en ese instante uno de los Mortificadores respondió.

-Pero mi señor, ella puede repeleer eso.

-No, lleva puesta esas cadenas, ya no es letal- sin decir nada más se dió la vuelta alejándose y grite.

-¡Maldigo cobarde! ¡Enfrentame tú! ¡Enfrentame y hazlo sin estás esposas!

Al escucharme decir eso se paró en seco, pero no se giro, ni respondió a lo que le dije, simplemente recalco- Dije que la duerman.

Y en un segundo caí en un sueño profundo.

Narra Aleksander

DESTRUCCIÓN (Shadow And Bone) ★Aleksander Morozova y tú★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora