• ᴍɪɴɪ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ • // [ɢɪʏᴜᴜꜱᴀɴᴇ/ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇ]

9.

—Vaya, vaya... ¿Así que tú eres el cazador que anda con un demonio? —La imponente aura de la albina de ojos amatistas hizo estremecer al joven Tanjiro.

Nemi era la Pilar del Viento, conocida por su carácter ruidoso y tosco, y era una de las pocas mujeres que habían matado a una luna inferior antes de ser pilar.

Su cuerpo, aunque con hermosas curvas y caderas, demostraba lo ruda que la chica era en realidad. Estaba llena de cicatrices de las cuales ella estaba orgullosa. Tenía el pecho de su uniforme abierto, y una venda envolvía su busto para mantener fuera las miradas curiosas de cazadores masculinos.
Su pantalón, aunque inflado, tenía los costados abiertos dejando ver parte de sus muslos, los cuales también tenían algunas cicatrices.

Además, sus pestañas largas y hermosas, sus ojos grandes y desafiantes, su sonrisa arrogante y divertida, sus uñas medianamente largas, sus labios con tinte rosa naturales y sus cicatrices la hacían ver cómo una de las mujeres más bellas de Japón. Y de hecho era considerada una de las chicas más hermosas de la cofradía, sumando a Kanroji y a Kocho.

Aún así, era una chica difícil y de carácter explosivo, por lo que los hombres no se le acercaban.

Ella había dejado muy en claro que su objetivo principal era acabar con todos los demonios, no tener un molesto novio que le jodiera la vida. No pensaba casarse nunca.

Y regresando al inicio, ella sostenía fácilmente la caja donde se encontraba Nezuko, casi sorprendiendo al joven tendido en el suelo. ¿Cómo una mujer tan pequeña y de apariencia frágil (dejando de lado sus cicatrices) podía cargar con el peso de la caja más el del demonio con solo un brazo? Era impresionante.

—¿Puedes repetirme lo que acabas de decir, mocoso? —Ella volvió a hablar, sonriendo aterradoramente.

Tanjiro se quedó en silencio, observando con temor a la chica, la cual estaba perdiendo la paciencia por la falta de comunicación. Ella podía sentir las miradas de los demás pilares sobre ella, en especial la del idiota de Tomioka. Sabía que él tenía algo que ver con todo esto.

—Shinazugawa, porfavor no seas irrespetuosa. —Kocho interrumpió.

—¿Acaso dijiste que ella puede pelear contra los demonios para proteger a los humanos? —Ella ignoró por completo la advertencia de la Pilar Insecto, aún mirando al pelirrojo. —¿Sabes cómo le decimos a eso? —Nemi agarró el mango de su katana nichirin, y la desenvainó —¡Cosa imposible, idiota!

Nemi, con un golpe rápido, clavó su katana en la caja, atravesando el hombro de la demonio que yacía adentro. La sangre salpicó una vez que la katana atravesó la caja.

Tanjiro de inmediato se puso de pie, la furia en sus ojos hizo que la albina sonriera divertida.

—Aquel que lastime a mi hermana pagará las consecuencias, ¡me importa un carajo que seas parte de los nueve pilares! —El cazadores de aros de Hanafuda respondió, apretando los dientes.

Nemi, lejos de asustarse por la amenaza, siguió enterrando más la katana hasta luego sacarla rápidamente, logrando que más sangre salpicara. —¿De verdad? ¡Me da gusto saberlo!

Ante las risas y burlas de la pilar, Tanjiro enfureció y corrió hacia ella.

—¡Ustedes dos, ya basta! ¡El Patrón llegará en cualquier momento! —Tomioka interrumpió, tratando de evitar que algo ocurriera. Aún así, fue demasiado tarde.

Tanjiro corrió en dirección a la chica de cabello blanco, la cual trató de atacarlo con su katana, pero él la esquivó para luego darle un cabezazo que hizo que la albina sangrara por la nariz debido al impacto. Nemi no pudo mantener el equilibrio y cayó al suelo.