16.

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(¡Esto contiene smut!)

Tomioka amaba la cintura de Sanemi. Era pequeña, curvilínea y resaltaba sus hermosas caderas, además de sus muslos.

Siempre que se besaban, Tomioka lo tomaba de allí, acariciando suavemente con sus manos cada curva de esta, apreciando la delicadeza del cuerpo de Shinazugawa.

—Hm... ¿Ya he dicho que amo tu cintura? —Tomioka preguntó mientras abrazaba a Sanemi de allí.

Ambos habían tenido una cita romántica, habían decidido detenerse en un estanque para apreciar la naturaleza y luego se escondieron detrás de unos árboles para darse sus merecidos besos.

—Siempre dices mierdas así, así que creo que sí lo haz dicho —Sanemi se encogió de hombros, soltando una risita. —Igualmente, me gusta que me lo digas.

Tomioka sonrió levemente, abrazándolo más fuerte. Dios, como amaba la cintura de su novio.

Por eso, cuando lo embestía rápidamente y sin ningún tipo de gentileza, sus manos estaban aferradas fuertemente a ella, dejando moretones que quedarían días allí. Y esto le gustaba a Tomioka; amaba dejar marcas en su novio, dejarle en claro a todo el mundo a quién le pertenecía.

Los gemidos de Sanemi resonaban en la habitación, creando un momento igual de erótico que dulce. Tomioka se mordía el labio para callar sus propios suspiros bajos.

Sanemi era vocal, desvergonzado. Tomioka era callado, más reservado. Ambos creaban una sinfonía particular, dado que los sonidos agudos de Sanemi acompañaban a los bajos de Giyu, casi como una melodía bañada en placer y deseo.

—Dios, Shinazugawa... Hoy estás más apretado que de costumbre... —Jadeó Tomioka, sin detener el ritmo de sus embestidas.

—Joder, hm... Más rápido, Giyu... —El respondió, aferrando sus manos a las sábanas debajo de él. Sus nudillos tornándose blancos por la fuerza ejercida.

Tomioka acató la plegaria de Sanemi, yendo a una velocidad más rápida para complacer a su novio. Darle lo que merecía.

Shinazugawa chilló, teniendo que taparse la boca para callar sus gemidos. Era demasiado vergonzoso, aún si había follado más de una vez con Tomioka.

Tomioka lo miró, frunciendo ligeramente el ceño. —No te cubras la boca, quiero oírte...

El albino se negó rotundamente aún con su boca cubierta.

Giyu rodó los ojos y apartó su mano de su boca, aplastándola contra el futón. Y así, los gemidos de Sanemi salieron libremente de su boca, otra vez.

—¡Tomioka..! —el más alto lloriqueó, haciendo que una sonrisa satisfecha se dibujara en los labios del azabache. Oh, como amaba romper a Shinazugawa. Amaba ser el único que podía hacerle este tipo de cosas. Amaba que solo él podía follar a Sanemi como le gustaba. Amaba ser el único capaz de deshacer su fachada de tipo intimidante.

Si tan solo los demás supieran que el feroz Pilar de Viento se comportaba como una prostituta en la cama. Era de no creer, y aún así, Tomioka lo hacía posible.

La próstata de Sanemi era constantemente golpeada por el glande de Tomioka, dejándolo viendo estrellas detrás de sus ojos. Era magnífico. Giyu siempre sabía dónde tocar, donde embestir para dejar en la mierda a Sanemi.

Todo esto le recordaba a la primera vez que fueron íntimos. Sanemi le exigió a Tomioka ser el que estuviera arriba, pero Giyu, con sus ojos de cachorro mojado, logró convencer a Sanemi para que fuera el de abajo.

Obviamente, la preparación fue horrible. Tuvo que consultarle a Kocho sobre cómo dos hombres tenían sexo, y joder, fue tan vergonzoso que hasta el día de hoy Sanemi no puede verla a los ojos.

La preparación física no fue mucho mejor tampoco. Kocho le había dado un lubricante para ello, y ciertamente estuvo bastante agradecido. Ese día, en el baño, trató de... bueno, penetrarse a sí mismo con sus dedos. Y dios, qué incómodo y horrible fue.

Esto no va a funcionar. No soy una chica, no siento nada allí atrás.

Él pensó, y qué equivocado que estaba.

A la primera embestida de Tomioka, este dio de lleno en su próstata; y Sanemi pegó el gritó más fuerte de su vida.

Nunca antes había llorado como ese día. No reconocía ni su propia voz.

Así como ahora. Solo que aquella vez estaba mirando a Tomioka, ahora el azabache lo había dado vuelta para dejarlo sobre sus manos y rodillas.

Sanemi lloró, ahogando sus gemidos en la almohada que apretaba tan fuertemente que sentía que la tela se rompería. Tomioka no dejaba de dar en el blanco cada vez que lo embestía, era como si conociera el interior del albino como la palma de su mano.

—Tomioka... Más lento... —El sollozó, rogando suavemente por piedad. Tomioka hizo caso omiso, acercándose a su oído.

—Creí que querías que fuera rápido... —Tomioka besó su nuca con delicadeza, contrarrestando con sus duras embestidas. —¿Cambiaste de opinión?

—Giyu, porfavor... —Tomioka aceptó, casi a regañadientes, pero lo que menos quería hacer era lastimar a su pareja. Disminuyó el ritmo, aprovechando para depositar suaves y delicados besos en su cuello y curva de su espalda.

—Eres hermoso... —Giyu susurró contra su oído, —todo de ti me vuelve loco, soy adicto a ti.

Sanemi gimió en respuesta, arqueando la espalda. El albino se sentía en la nube 9, demasiado perdido en su propio placer y la forma en que Tomioka le daba con todo lo que tenía. Era maravilloso.

—Giyu... —El lloriqueó, aferrándose a las sábanas debajo de él. El azabache, conociendo ese tono de voz como la palma de su mano, sonrió satisfecho; Sanemi estaba al límite y no duraría más.

—No te preocupes, te tengo. —Afirmó Tomioka, acariciando la curva de su espalda.

Finalmente, Sanemi se dejó llevar y un inevitable clímax recorrió su cuerpo hasta hacerlo gritar sonoramente.

Tomioka lo siguió, mordiendo su labio para callarse mientras llegaba al clímax junto a él.

Una vez que se retiró, se dejó caer junto a Sanemi, dejando que este se acomodara nuevamente boca arriba.

No pasó mucho antes de Shinazugawa se acurrucara contra el pecho del azabache, aferrándose a él. —Joder... Un día de estos vas a matarme si sigues así.

—No fui tan duro. —Trató de excusarse el mayor.

—Oh, lo fuiste. Me duele toda la parte baja de la espalda, voy a romperte la nariz para que sientas el mismo dolor que yo siento ahora.

—Ya entendí, ya entendí.

Sanemi sonrió victorioso, —te quiero. —Murmuró.

—¿Ahora estás meloso?

—Jódete, no te digo nada más ahora. —Y Tomioka no pudo evitar reírse.

Intento de smut, me salió tan raro que no pude evitar sentirme mal después de leerlo 😭

Les juro que nunca antes había escrito smut, así que esta es mi primera vez. Espero les haya gustado esta cosa 🗣️‼️

(Me tardé una banda en escribirlo wtf JAJAJAJA)

• ᴍɪɴɪ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ • // [ɢɪʏᴜᴜꜱᴀɴᴇ/ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora