• ᴍɪɴɪ ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀꜱ • // [ɢɪʏᴜᴜꜱᴀɴᴇ/ɢɪʏᴜꜱᴀɴᴇ]

10.

Tomioka y Sanemi ya llevaban cuatro años desde que se conocían y dos desde que habían comenzado a salir, por lo que un día decidieron vivir juntos y compraron los anillos.

Ambos estaban en la herrería donde se suponía iban a conseguir sus anillos. Ya habían probado en varios lugares pero los anillos simplemente no les atraían, por lo que probaron por esta herrería (recomendada por Kanroji, por cierto).

La joven que los atendió era de cabello castaño con puntas doradas, ojos color miel y piel clara. Tenía una sonrisa dulce y amable y se la veía feliz con su trabajo. Debe ser la hija del herrero, pensó Shinazugawa.

—¿Qué los trae por aquí? —Preguntó la joven felizmente. Los tres estaban sentados en un living agradable y de colores oscuros, demasiado profesional.

—Vinimos aquí para ver anillos de compromiso. —Tomioka respondió.

—Oh sí, disculpe. —Ella sacó un caja de debajo de la mesa con distintos tipos de anillos. —Bueno, aquí tienen una gran variedad de anillos.

Sanemi se inclinó para tomar un par. —Estamos buscando anillos que sean resistentes y que no se dañen con facilidad. Somos cazadores de demonios después de todo.

La chica asintió, guardando los anillos anteriormente puestos sobre la mesa para sacar otra caja, solo que esta era más pequeña y solo tenía dos anillos dentro.

—Tenemos estos anillos, y basado en sus peticiones, creo que son perfectos para ustedes.

Tomioka tomó uno de los anillos y comenzó a examinarlo —son lindos.

—¡Ya lo creo! Están hechos por el que era el mejor herrero de aquí, tienen una excelente resistencia al impacto y al fuego también. Incluso si lo tratas con rudeza, el anillo no se dañará en lo absoluto.

Shinazugawa miró atentamente a la joven mientras escuchaba su explicación. —Entonces, si son tan buenos, ¿por qué nadie los ha comprado?

—Bueno, se dice que los anillos están poseídos por el espíritu "del habla".

—¿Espíritu del qué..? —Habló Tomioka.

—Es que el herrero era muy romántico. —Ella rió. —Dicen que al hacer los anillos, el espíritu al verse conmovido por su amor por lo que hacía, decidió dejar su alma en ellos para atormentar a aquellas parejas que no apreciaran a gusto su creación.

Sanemi frunció el ceño, —qué estupidez. ¿Anillos poseídos? Es una locura.

La chica lo miró —lo admito, es algo grosero decirlo de esa forma, pero es por ello que ninguna pareja los quiere por sus exigencias, aunque esto es debido principalmente porque tiene la función de activarse cuando una persona está en peligro de perder la vida.

Tomioka no creía mucho en la historia o leyenda que la chica contaba, aún así, no podía evitar sentir que quizás algunas cosas que decía eran ciertas.

La joven de cabello castaño los vio a ambos hombres y volvió a sonreír. —Hay dos espíritus del habla: ‘olvídame’ y ‘no me olvides’. —Ella continuó. —¿Quieres que me olvide de ti y siga adelante? Aunque por supuesto, no decir nada también es una opción, pero no hay nada mejor que encontrarse en una situación así y que el espíritu del habla elija por ustedes.

—¿Es muy díficil, verdad? —Ella volvió soltar una risita antes de seguir: —¿No les hace pensar en como debería ser el amor?

Cuando la chica terminó de contar la historia, ambos pilares se miraron entre sí para luego asentir y comprar los anillos. Fuera de la falsa historia por marketing de la chica, eran anillos muy bellos. La joven rápidamente mandó a terminar los anillos con el nombre de ambos en ellos.