9: Juntos

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—Primero… Light era gay

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—Primero… Light era gay.

—¿Eh? —Mi rostro se congela atrapado entre sorpresa y desconcierto—. ¿En serio eso fue lo que soñaste?

—Empecé por ahí para animar el momento.

—¡Arruinarlo! —amenazo, levantando un puño de manera juguetona—. Ten cuidado, estoy pensando en golpearte.

L observa la interacción con su habitual indiferencia, pero el leve brillo en sus ojos traiciona su interés. Decido ignorar a Jaiko y me vuelvo hacia L.

—Lo que Jaiko intenta decir es que nuestras alucinaciones y sueños tienen patrones similares. No es solo un asunto de sueños, parece más profundo, como si estuviéramos recordando algo.

L asiente lentamente, sin apartar la mirada de la mía.

—De acuerdo, Light. Continuemos con lo esencial. Cuéntanos tu sueño más reciente.

Un escalofrío recorre mi espalda al recordar, pero comienzo a relatar.

—…Un shinigami. Yo le hablaba en un callejón, pero no pude oír lo que le dije. Mi sueño recurrente es siempre el mismo: hay un nombre que resuena en mi mente, un nombre que desaparece cuando despierto.

—Debiste tener mucho que ver con ese cuaderno en tu vida pasada si así puedo llamarlo. La primera vez, como dije, fue a los seis años. Un sueño, con esa particular sensación. Sentía una conexión con alguien.  Como buscar algo o a alguien, pero nunca llego a encontrarlo. Y las alucinaciones..., veo rostros que no reconozco pero que me resultan extrañamente familiares.

…Creo que esa conexión la sentía conmigo, no estoy seguro, no creo que L pueda sentir ese tipo de cosas, pero algo me dice que…

Jaiko asiente confirmando con un movimiento de cabeza.

—Exactamente. He visto a personas que nunca he conocido, pero siento que las conozco profundamente. Es perturbador.

—¿Esto podría tener alguna relación con el caso Ayumi? —nos cuestiona Jaiko.

—De hecho, estoy seguro de que tiene todo que ver. 100% seguro. —responde él con firmeza.

—Yo también. Es obvio. —le afirma Jaiko, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo. Mis ojos se agrandan por el asombro.

Recuerdo haberte visto hacer eso en algún lugar Jaiko.

—Acabo de decir todo lo que soñé esta noche… Pueden seguir contándose detalles. Debo ir a ver a mi novia.

—Déjala. ¿No? —Le sugiero duramente.

NO. Me resumirás lo que me perdí. —Y sin más, sale del salón, dejándonos a L y a mí.

Tengo esperanzas de hablar con L, pero el receso termina. Jaiko se pierde la clase por esa «novia», fue desconsiderado conmigo para ser considerado con su novia.

Es sumamente gracioso… Estoy seguro de que ama a esa mujer que me mostró en fotografía antes de que entráramos a la universidad…

En este momento L y yo caminamos por el campus de la universidad.

—Respecto a lo que dijiste sobre sentir una conexión con alguien... ¿Crees que era yo? —pregunto, sin rodeos.

L asiente, su expresión sincera y vulnerable—. Eras tú. Bueno…, eso siento.

Mi corazón late un poco más rápido al oírlo. Sonrío.

—¿Sientes algo por mí? —lo detengo con una mano en su brazo.

Veo sus ojos ensancharse ligeramente; sorprendido. —No lo sé demostrar.

Su incertidumbre me confunde. —¿Quieres decir que sí, pero no sabes cómo hacerlo?

—Exactamente… Amar y demostrar que amo a alguien es complicado.

—...Sígueme...

Maldito Lawliet... Te quiero desde antes de nacer.

Caminamos en silencio hasta el pequeño prado y nos sentamos en la hierba fresca.

—Deberíamos hablar de esto… —le digo, rompiendo el silencio.

L toma una profunda respiración—. Te diré todo. Esto me pone nervioso, pero siendo sincero: tuve otro sueño, cuando tenía quince años, aún en Inglaterra. En ese sueño vi que eras tú, solo que tu corte de cabello era diferente. Tuvimos relaciones sexuales.

La sorpresa me golpea. Su confesión añade una capa de intimidad inesperada. Me acerco para tomando su rostro entre mis manos, obligándolo a mirarme.

—No soñé nada parecido, pero… siento culpa al verte, como si te hubiera hecho...

La cercanía crea una tensión palpable entre nosotros.

—Me mataste con un papel arrancado de la libreta —su voz se vuelve un susurro—. Eso es lo que soñé ayer, fue en un helicóptero.

Sus palabras me golpean como una bofetada. ¿Yo asesino? ¿Yo? Suelto su mandíbula y retrocedo, el horror me llena. Mis manos se enfrían, mi respiración se acelera.

Lo recuerdo, ahora que lo dice...

Lo recuerdo, ahora que lo dice

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Nos volvimos a ver - Lawlight (Death Note) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora