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Era un día soleado y BangChan llegó a casa después de una larga jornada de trabajo. Se sentía aliviado por regresar a la calidez de su hogar y la compañía de su familia. Al abrir la puerta, una ola de perfume femenino le siguió. Sin darse cuenta, había llevado consigo el aroma de una amiga con la que se había reunido durante la tarde.

— ¡Hola a todos! — dijo BangChan con una sonrisa, mientras entraba al salón.

Los niños estaban en su rincón de juegos, y Minho estaba en la cocina preparando una merienda ligera. Jisung, sin embargo, fue el primero en detectar el nuevo aroma.

— ¡Papá BangChan! — exclamó Jisung, frunciendo el ceño mientras olfateaba el aire. — ¿Qué es ese perfume?

El tono de Jisung estaba lleno de desagrado. Se acercó a BangChan y le dio una mirada crítica.

— ¡Ese perfume es asqueroso! — dijo Jisung, claramente disgustado.

BangChan, sorprendido por la reacción de su hijo, se inclinó a su nivel.

— Oh, Jisung, no es para tanto. Es solo un perfume que una amiga usó. Lo saludé y el aroma se quedó conmigo.

— ¡No me gusta! — insistió Jisung, sin poder ocultar su enojo. — ¿Por qué tienes que usar ese perfume aquí?

Minho, que había escuchado la conversación desde la cocina, salió al salón con una expresión de curiosidad. Al percibir el perfume, notó la incomodidad en la cara de Jisung.

— ¿Qué pasa, Jisung? — preguntó Minho, tratando de entender la situación.

— ¡Papá Minho! — dijo Jisung, su voz temblando de frustración. — ¡Ese perfume de papá BangChan es horrible! ¡Dile que no puede dormir en nuestra habitación esta noche!

Minho miró a BangChan, que estaba tratando de contener la risa ante la intensidad de la reacción de Jisung.

— ¿Jisung, por qué estás tan enojado por esto? — preguntó Minho, con una mezcla de sorpresa y diversión.

— ¡Porque no quiero que haya otros perfumes en la casa que no sean los de papá Minho! — replicó Jisung, con una determinación feroz.

BangChan, comprendiendo la seriedad con la que Jisung estaba tomando el asunto, se inclinó y abrazó a su hijo.

— Lo siento si el perfume te molestó, Jisung. No era mi intención hacerte sentir incómodo. La próxima vez, me aseguraré de que no te des cuenta del perfume que traigo.

Minho, observando la escena, decidió intervenir.

— Jisung, creo que tu papá está haciendo un esfuerzo por entender cómo te sientes. ¿Podemos intentar ser un poco más comprensivos con el perfume? Después de todo, no podemos controlar todo lo que trae cada persona.

Jisung suspiró, sintiéndose un poco más calmado, pero aún con un ligero resquemor.

— Está bien, papá Minho. Pero, por favor, solo no dejes que el perfume entre en la habitación.

— Entendido — respondió Minho, con una sonrisa tranquilizadora.

BangChan se acercó a Jisung y le dio un beso en la frente.

— Prometo que mañana no habrá rastro del perfume. Gracias por decirme cómo te sientes.

El resto del día transcurrió sin más incidentes, y la familia se acomodó para pasar la noche. Aunque el perfume de la amiga de BangChan había causado un pequeño alboroto, el amor y el entendimiento entre todos se mantuvieron firmes, recordando que en su hogar, cada opinión contaba, y cada sentimiento era importante.

Chaotic family | Stray kids Donde viven las historias. Descúbrelo ahora