Me abrí paso por el sendero del bosque siguiendo a los asistentes.
El silencio nos envolvía.
No había ningún problema en seguirles, pero no tenía ni idea de adónde nos dirigíamos.
Si esta es la ruta hacia el dormitorio, debería ser capaz de recordar el camino.
"¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?"
Una de las figuras de delante, al oírme, se giró y dio un ligero golpecito a su máscara.
Era una señal para que me pusiera la máscara.
"...."
Y sin embargo, no hubo respuesta a mi pregunta.
Su cautelosa aproximación lo dejaba claro: nuestro destino estaba envuelto en el secreto.
Saqué la máscara de entre mis ropas y me la puse en la cara.
A los pocos minutos, una niebla empezó a cubrir el bosque.
Mi sentido de la orientación se había oscurecido por completo. Memorizar esta ruta se había vuelto completamente imposible. Incluso con un mapa, iría a tientas y a ciegas.
No había señales de otros viajeros ni puntos de referencia, pero los asistentes avanzaban sin obstáculos.
Tras un corto trayecto, la silueta borrosa de una barrera apareció en el horizonte brumoso. Se extendía sin fin a ambos lados.
Los asistentes se dirigieron hacia ella.
Emergiendo de la niebla que dividía el horizonte había un muro, ornamentado como si rodeara un palacio real, grueso y alto como una fortaleza.
Ante nosotros apareció una puerta de acero lo bastante maciza como para admitir dos carruajes uno al lado del otro.
Los asistentes se detuvieron frente a ella y todos se volvieron para mirarme.
Entonces habló el hombre que estaba en el centro.
"Esta zona está estrictamente prohibida al personal no autorizado. Eternia llama "Laberinto" a este extenso territorio. Está imbuido de una fuerte magia desorientadora que trastorna el sentido de la orientación, así que, por favor, tengan cuidado".
Al final de sus palabras, la puerta de acero se abrió sola.
Más allá se extendía una niebla más densa que antes, espesa como cortinas de seda blanca.
Era sofocante. ¿Estaba realmente dentro mi dormitorio, un lugar insondable en tamaño y dirección?
pregunté con cautela,
"¿Qué hay dentro?"
Parecía improbable que una extensión tan vasta llamada Laberinto estuviera destinada únicamente a los dormitorios.
"En su interior se encuentran la Gran Biblioteca Filion, que alberga antiguos textos y artefactos mágicos, un instituto de investigación mágica, el Bosque Prohibido y tu destino: el dormitorio de la Clase Maestra conocido como 'Jardín de Espinas'. Los intrusos no autorizados no pueden acceder a ninguna zona para su protección."
"...."
Mientras reflexionaba, el hombre pareció percibir mi contemplación y añadió,
"Ya estás dentro del Laberinto. Siéntete libre de hacer cualquier pregunta".
Pregunté de inmediato, como si hubiera estado esperando,
"¿Quiénes son ustedes?"
Aunque llevaban máscaras similares a las de los examinadores de la Clase de Maestros, su aura y su atuendo no coincidían con los de los examinadores.
