"¿Liria?"
Ella se quedó mirándome, como protestando en silencio.
En aquel momento, bajó el telón del escenario, señalando el final de una parte de la obra y el paso a la siguiente escena.
Intenté entablar una conversación ligera con ella para calmarla.
"¿Has visto alguna vez una obra de teatro, Liria?".
Después de cerrar los labios con fuerza durante un rato, Liria finalmente habló como si no pudiera evitarlo.
"... No."
"¿Qué te parece después de verla? Parecías bastante absorta".
"Es interesante... mucho".
Su expresión era complicada, como si se sintiera frustrada por encontrarlo muy interesante. Tal vez porque fue Trisha quien nos trajo aquí, le molestaba.
En el escenario, alguien aparta el telón. Una mujer de tez apagada, con gafas y el pelo largo recogido, se pone en cuclillas delante del escenario.
Luego nos señala y nos hace un gesto para que nos acerquemos.
Al oír esto, Trisha se levanta y dice,
"El último curso de arte dramático nos llama. Seguid vigilando. Volveré enseguida".
En cuanto Trisha se fue, Liria pareció más tranquila. Liria se sentía notablemente incómoda cerca de Trisha.
El telón se levantó de nuevo y el ensayo se reanudó.
Y Trisha no volvió hasta que concluyó toda la sesión.
***
El escenario se vació y los asientos del público se fueron despejando poco a poco.
Liria y yo permanecimos sentadas, esperando a Trisha, pero no apareció.
Liria parecía fatigada por la espera y empezó a cabecear.
"Liria".
"¡Ah, sí!"
Se despertó de un sobresalto, con los ojos abiertos de sorpresa.
Debe de estar muy cansada. Ya es hora de irnos.
"¿Dónde está el carruaje?"
"Está en la puerta principal. Como soy de fuera, no puedo entrar con él..."
"La próxima vez, ven en un carruaje con el emblema de Eternia".
"... ¡Sí!"
"Y..."
Me quité el collar que podía detectar la presencia del mago oscuro y lo puse en manos de Liria.
"Lleva esto hasta que te lo pida de vuelta".
Liria se sorprendió al ver el collar y contuvo la respiración por un momento.
"Damian, esto es..."
"Sólo recuerda. Si este collar vibra, refúgiate en casa del profesor y envíame el Punto. Ah, y durante un tiempo, no salgas de la residencia del profesor. Deja la compra para los criados".
Liria no cuestionó las razones, pero asintió enérgicamente.
"¡Entendido!"
No podía quedarme con Liria todo el día para vigilarla, y eso me produjo un escalofrío.
"¿Nos la ponemos ya?".
"Sí."
Liria agarró inmediatamente la cadena e intentó abrochársela en la nuca, pero luchó porque su pelo se le enganchaba en el cierre.