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—Deberías hablar con él, reina.

Lina negó tranquila. Bajó su atención a su pecho y acarició la nuca del niño que estaba abrazado a ella. La presencia de Chan en ese momento le supo de maravilla y todos sus nervios bajaron considerablemente apenas la abrazó.

—Le pedí el divorcio —confesó—. Lo estuve pensando, Jinnie, creo que es lo mejor para los dos.

Hyunjin peló los ojos tanto como pudo, pero se abstuvo de gritar porque no quería asustar a su hijo. Miró a la castaña con urgencia en los ojos y quiso darle una bofetada para que pensara bien lo que estaba diciendo.

—Lina.

—Te prometo que no hay de qué arrepentirse.

—Pero es que no lo entiendo, ¿no se supone que lo estabas conquistando otra vez?

—Es una pérdida de tiempo y lo seguirá siendo mientras la estúpida empresa de mi familia siga en problemas... No te preocupes, seguiré siendo tu mejor amiga incluso si no estoy casada con ese idiota.

Hyunjin suspiró bajando los hombros como muestra de su decepción. Negó para sí misma y se levantó de la silla buscando dirigirse a la cocina en busca de un té relajante. Lina, por su parte, continuó arrullando a su sobrino, sintiéndose tan alegre y tranquila con su respiración calmosa pegándole el pecho. El repentino repudio hacia el cigarro le había molestado de sobremanera e incluso vomitó la cena apenas dio una calada. Estaba pensando en beber un licor fuerte como remedio, pero no podía hacerlo porque entonces tendría que volver a casa, y definitivamente no lo haría.

Su teléfono había sonado hasta el cansancio y terminó bloqueando el número de su marido. Quería pensar bien las cosas con su soledad y aunque empezaba a arrepentirse de sus palabras, la verdad es que la adrenalina aún estaba haciendo de las suyas en su interior. Estaba esperando un milagro y ansiaba que su amigo le llamara pronto porque tampoco quería molestar a terceras personas, aunque en ese momento había sido bien recibida por su mejor amiga y sobrino.

—¡Aish!

Respingó asustada cuando escuchó el golpe de la puerta seguido de aquel berrinche. La castaña se giró sobre su lugar y notó el gesto malhumorado de su sobrino mayor que acababa de llegar a casa. Estaba mojado y en sus labios había un mohín que lo hacía lucir enojado.

—Hola, Binnie —saludó—. ¿Estás bien, lindo?

Changbin se asustó por la tonada suave y amable de su tía. No esperaba verla en casa y ahora estaba tan sonrojado que esperaba ser tragado por la tierra. Pensó un momento sobre cómo debía reaccionar y terminó acercándose a la mayor para sentarse a su costado y acariciar la melena de Chan.

—Las mujeres son horrorosas —declaró.

—Oh, tu mamá y yo lo agradecemos.

Changbin abrió los ojos arrepentido. Negó alborotado y dejó la cabeza sobre la mesa, dejando en claro su irritación. Lina sonrió por ello y pellizcó su oreja con amor, para hacerle saber que no estaba ofendida en lo absoluto.

—¿Qué ocurrió? —indagó.

—Es Chaeryeong, mi compañera de mesa —se quejó—. Pensó que estaba enamorado de ella, pero ahora que la he rechazado, con sus amigas me lanzaron al jardín recién regado... Ella no me gusta, pero no lo entiende.

Lina siguió acariciando los cabellos húmedos del menor mientras esté continuaba con el rostro oculto. Estaba pensando en cómo consolarlo pues no era algo que ella hubiera vivido antes. Afortunadamente en ese momento, Hyunjin volvió al comedor con su taza en mano y galletas en la otra. Dejó sus cosas mirando a su hijo y a la castaña con la cejas arrugadas, tratando de entender lo que sucedía.

—¿Qué pasó, Binnie?

La voz de su madre lo hizo reaccionar. Changbin alzó la mirada brillante y se levantó tan pronto como su madre parpadeó. El menor abrazó a la más alta y ocultó su cara húmeda en el vientre mientras se quejaba de todo lo que le ocurrió entre balbuceos ahogados.

—Oh, mi amor —palmeó su coronilla—. Ve a bañarte, cielo, te prometo que arreglaremos ese asunto.

Changbin moqueó y besó la mejilla de su mamá. Tomó sus cosas de vuelta y se dirigió a su habitación, recibiendo la sonrisa cerrada de su tía. El silencio se hizo pesado luego del pequeño drama y Lina no pudo evitar reírse ante el rostro agotado de la más alta.

—¿Siquiera entendiste lo que te dijo?

—Ni un carajo —señaló—. Pero es mejor que se relaje antes de que me pida degollar personas.

Ambas sonrieron y se quedaron calladas, Hyunjin con su té y Lina con sus caricias hacia Chan. La Hwang pudo darse cuenta del brillo en los ojos de la castaña. La manera en la que amaba a su hijo y el cómo lo cuidaba eran sucesos que definitivamente no mostraría la Lee ordinaria en otro momento ordinario. La azabache supo que debía morderse la lengua y guardar silencio porque no quería arruinar el momento y entendía que la situación entre Lina y su cuñado no estaba siendo la mejor para sobrellevar grandes noticias. Así pues sólo se dedicó a sonreír y ocultar la emoción en su estómago.

—¿Y qué harás mientras estás separada de Seungmin? —se interesó.

—Tengo ahorros y en dos semanas me presentaré en un evento en el que me contrataron como chef principal.

—¿Hablas en serio?

—Sí —sonrió.

—¡Esas son grandes noticias, reina!

Lina agradeció con el corazón alborotado. Se sintió feliz porque Hyunjin se había mostrado positiva y de cierto modo le fue suficiente para olvidarse del amargo sabor vivido con su esposo. Recordar que tenía asuntos pendientes la emocionó y aquellas imaginaciones de una posible depresiva separación se desvanecieron de su cabeza. Se sintió afortunada de que al menos no iba a sufrir tanto con su separación.

—Sabes que puedes contar con nosotros tanto como lo desees, reina —recordó la más alta—. Sin embargo, por favor no te robes a mi bebé.

Lina sonrió agradecimiento otra vez. Reforzó el agarre del pequeño y usó su propio suéter para ocultar al niño con el afán de molestar a la más alta.

—No te preocupes, de cualquier manera, yo no estoy hecha para ser madre —musitó, dejando en paz al pequeño—. Seungmin aún es un imbécil que es regañado por su madre y bueno, yo muy apenas puedo cuidarme a mí misma.

La sonrisa de antes tembló y Hyunjin se dio cuenta. Estiró su mano y tomó la ajena cuando Lina extendió la suya. La azabache sostuvo fuerte y le dedicó una sonrisa amable que solamente provocó la sensación de un nudo en la garganta de la castaña.

—Eres una mujer fascinante, reina y créeme, nadie en este mundo está listo para ser padre, mírame, Changbin es un rebelde sin causa y ese mocoso de ahí es un bebé tan adorable y estresante —suspiró—. Van a tener cincuenta años y yo seguiré sintiéndome insegura con mi papel como su madre.

—Entiendo tu punto, Jinnie, pero este no es un buen momento, ahora sólo déjame amar a este niño sin tener una verdadera responsabilidad sobre él.

Hyunjin negó, sintiendo la desesperación de una bomba que estaba creciendo en su garganta. Tenía la necesidad de insultar a su mejor amiga, pero tuvo que morderse aún más la lengua, tragarse sus pensamientos y mirar en silencio la manera en la que Chan despertaba y besaba la mejilla de su tía para luego volverse a acomodar sobre ella.

LOVE ME, BITCH [skz family universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora