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—¡Adiós, mi amor!

Lina agitó su mano efusivamente con una sonrisa enorme en los labios. La gente le miraba con el ceño fruncido y su esposo sólo supo quedarse quieto cuando llevaba un par de pasos de distancia.

—¡Se supone que debes estar triste por mi partida!

—Lo has dicho, se supone, pero no lo estoy —le empujó sin mucha fuerza—. Anda, perderás el avión y tendré que verte la cara por quién sabe cuántas horas más.

—Lina.

—Shu, shu.

Seungmin rodó los ojos, decepcionado por la reacción de su esposa. Soltó su maleta y se inclinó frente a ella, acariciando su barriga para luego dejarle un beso. Se enderezó cuando escuchó el segundo llamado del vuelo y besó a su esposa suavemente.

—Tienes que cuidarte, amor... Te amo.

—Yo también —le sonrió—. Ahora deja de hacerte idiota y ve.

Seungmin bufó con los ojos rodando, tomó su maleta con fuerza y se encaminó al interior de la zona para comenzar con el proceso de partida. Su esposa le despedía emocionada por detrás sin embargo, todo aquel entusiasmo se extinguió apenas el castaño se perdió por el pasillo.

La sonrisa de Lina se desvaneció, su pecho dolió y sus ojos comenzaron a picar. Trató de dar respiraciones profundas, pero no le sirvió de mucho porque terminó lloriqueando cuando unos brazos la aprisionaron y un pecho cubrió su rostro deprimente.

—Oh, cariño.

—Llévame a casa, por favor, Sung.

Jisung asintió. La alejó y le ayudó a llevar la bolsa, encaminándose hasta el auto con un brazo rodeándole los hombros.

Los sollozos de Lina sonaban por encima de la radio. Jisung se mordió la lengua evitando hablarle y dejando algunas caricias en su hombro de vez en cuando. El viaje le había tomado más tiempo del esperado por el tráfico, pero al menos le tranquilizaba saber que Lina lo estaba sobrellevando mejor de lo que pensó. Finalmente, luego de un rato, el auto se detuvo. Jisung salió y rodeó el mismo, abriendo la puerta y ayudando a su cuñada a salir.

—¡Lina!

La aludida reaccionó tardía y abrazó con fuerza a la que le aprisionó. Se sintió reconfortada por ver el rostro sereno de su suegra y sintió más ganas de llorar cuando se dio cuenta de que no iba a poder delatar a Seungmin con falsos hechos para que lo golpeara con su abanico.

—Ay, cielo, vamos adentro —la alejó suavemente—. Tú, niño, ve al supermercado y trae té de lavanda.

—De acuerdo.

Jisung le dio la bolsa de la castaña y acarició la coronilla de Lina, antes de volver a ingresar al auto. La abuela tomó la cintura de su nuera y la guió hacia el interior de la casa, empapándose con la armonía familiar.

—Felix-ah, ¿arreglaste la habitación?

—Lo hice... Qué alegría verte por aquí, Lina —respondió apareciendo por el pasillo.

El abuelo se acercó saludando cariñosamente a su nuera y se unió a su esposa para llevar a la embarazada a la habitación de huéspedes.

La abuela decidió que Lina se quedaría con ellos durante la partida de su hijo menor. Innie había conseguido un trabajo en una agencia de entretenimiento como consejera de modas y Jinnie iba a empezar con una nueva campaña de otoño para Versace. Todos estarían demasiado ocupados como para cuidarla y considerando el riesgo de su embarazo, la abuela no dudó en dar la solución.

De cualquier manera, el matrimonio Lee-Yang amaba a la chica, estaban tan emocionados por el crecimiento del linaje, que ni siquiera lo pensaron como una posible molestia.

—Ah, ya es tan grande —señaló la mayor, dejando una caricia en la barriga cuando Lina se acomodó sobre la cama—. ¿Saben el sexo?

—Será una niña —respondió más tranquila, aún con algunas lágrimas mojando sus mejillas.

—¡Te lo dije! —exclamó, golpeando el hombro de su esposo—. Oh, finalmente habrá una niña en esta familia.

Lina sonrió ante la reacción de la abuela. Esta iba a mencionar algo más sin embargo, guardó silencio cuando el timbre de la puerta sonó. El abuelo se dispuso a ir y la abuela se ocupó de abrir las ventanas para que la habitación siguiera fresca.

—Estoy aterrada —murmuró la menor de pronto.

La abuela miró a la castaña con las cejas arrugadas. Se acercó con calma y se sentó en los pies de la cama, dejando algunas caricias en las piernas de la menor.

—¿Por qué estarías asustada, Lina?

—He estado a punto de perder a mi bebé en cuatro ocasiones... Yo... Ah, siento que no estoy lista para ser madre, estoy segura de que soy la peor mujer que Seungmin pudo conseguir incluso si sólo fue por los intereses de los bienes, y mi estúpida familia... —suspiró—... No quiero joderlo.

La abuela exhaló el aire, mirando en silencio las lágrimas que caían sobre las mejillas de su nuera. Entendía que aquello era producto del embarazo sin embargo, no podía ignorar el hecho de que la familia de su nuera eran una bola de idiotas y estaba completamente segura de que aquellos pensamientos habían sido producto de aquella familia que tanto aborrecía.

—Es normal sentirse miedosa, Lina —murmuró—. Jisung fue paranoia pura por ser el primogénito, pero aún así, con Seungmin sentí que se me iba el alma cada cinco minutos..., tu estúpido esposo dejó de moverse por un tiempo, estuvieron a punto de practicarme cesárea, y hasta entonces el baboso decidió moverse —contó con recelo en sus ojos—. Lo que quiero decir es que, todos aprendemos algo nuevo todo el tiempo, incluso yo que soy una anciana... No te preocupes por nada ahora, eres una buena mujer y eres una hija más para mí.

Lina puchereó sintiendo que el pecho se le oprimía. La abuela sonrió con ternura y se levantó para darle un buen abrazo. El ambiente se interrumpió y el ruido de los pasos se detuvo en el marco de la puerta. La abuela soltó a la castaña y la menor sonrió cuando vio a Chan que esperaba por su turno.

—¡Tía!

Lina se acomodó y palmeó el costado de la cama, invitando al menor. Chan corrió y se trepó en la misma para dejar besos babosos en las mejillas de la castaña. Las lágrimas dejaron de salir y ahora la risa serena de Lina era lo que armonizaba la habitación.

—Supongo que ya hemos encontrado al suplente definitivo de Seungmin —opinó Hyunjin, cuando la abuela se marchó.

—I agree —Innie levantó la mano—. Pero, tampoco podemos desechar la compañía de ese chico, Eunwoo —sonrió—. Oh, my god, Lina, you must seize opportunities!

—Nope, definitivamente no, Innie —intervino Hyunjin—. No deberíamos alimentar erróneamente el fuego de este matrimonio además, Lina debe estar tranquila, sabes que Seungmin es intenso cuando se trata de ella.

—Right... You're right —suspiró, mirando las pupilas brillantes de Lina, que acariciaba la cabellera rizada de Chan—. Ahora lo más importante es mantener sana y salva a esas dos criaturas hasta que vuelva el señor Lee —suspiró.

LOVE ME, BITCH [skz family universe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora