𝟭𝟲. Forever

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—Al fin aparecen. —habló Acey al vernos entrar a la casa, el susodicho se encontraba tirado en el sillón, a su lado Wed, pero ni señales de Joey—. ¿Hicieron las compras?

—No, fuimos a jugar al básquet. —respondió Eric, yo le seguía el paso para poder dejar las bolsas en la cocina—. Por supuesto que fuimos a hacer las compras, aquí ya no hay nada.

—Eso sí es cierto —afirmó Wed levantándose del sillón y acercándose a la cocina con nosotros—. ¿Qué compraron?

—Cosas. —volvió a responder el bajista, revisó su bolsa y sacó de ella uno de los tantos aromatizadores que compró—. Atrás Wed, tengo a tu peor enemigo luego del agua.

—Eres idiota. —Wed hizo que dejara de apuntarle con eso en los ojos—. ¿Qué necesidad tenían de comprar cosas tan innecesarias?

—¡Oye! —se quejó Eric—. Con esto sacaremos el olor a culo sudado de este lugar.

—Olor a tu culo sudado, el mío está bien limpio. —se sumó Acey a la pequeña trifulca.

Tanto él como Eric comenzaron una pequeña discusión entre risas y bromas que hacían que Wed y yo riéramos de ambos.

—Oye Wed, ¿Y Joey? —saqué mí atención de ambos chicos frente a nosotros y miré a Wed tratando de buscar respuesta.

—Creo que en su habitación. —alzó sus hombros—. No salió casi en todo el día, pero debe estar bien.

Asentí algo dudosa y preocupada; mientras Wed se sumaba a la pequeña charla entre Acey y Eric, yo subí al piso de arriba.
No tenía las esperanzas de que Joey me abriera la puerta, pero intentarlo no estaba de más. Me paré frente a su puerta y golpeé repetidas veces, pero ni una señal de vida.

—Joey, por favor. —intenté abrir la puerta pero me encontré con esta trabada.

La puerta se abrió de golpe. Su esbelto cuerpo y pálida piel se dejaron ver en el umbral de la puerta mientras me miraba fijamente a los ojos.
Sus lindos ojos azulados se encontraron con los míos en cuestión de segundos; una gran oleada de preocupación y de duda me capturó al ver la cruda mirada suya. Fue como si todo mí cuerpo se hubiera paralizado de golpe al verlo; su cuerpo se deslizó hacia un costado permitiéndome el ingreso hacia su habitación.
Revisé con mí mirada el lugar, cada rincón se veía impecable de limpio, aunque muy desordenado.

—Está un poco desordenado. —hizo una mueca mientras rascaba su nuca—. Siéntate Daf.

Tiró alguna que otra prenda que se encontraba sobre la cama y me ofreció a sentarme. Tomando asiento, esperé que él se acomodara frente a mi luego de tomar la silla que estaba en su escritorio.
El silencio se apoderó de la habitación completamente; miraba sus manos, sus dedos se movían torpe y ansiosamente a corde los segundos pasaban. Estaba nervioso, podía notarlo. Mordía su labio inferior y evitaba verme a los ojos, fue entonces que, tomando sus manos logré que calmara un poco sus movimientos y, finalmente, dirigiera su mirada hacia mí.

—He estado toda esta tarde tratando de formular las palabras correctas para decirte lo que quiero decir. —su voz era bastante seria—. Quizas vayas a odiarme, no lo sé.

Tragué en seco al oírlo decir eso. ¿Odiarlo?

—Joey, sólo quiero acabar con el tormento que me ha estado comiendo la cabeza. —dije con un hilo de voz.

Él soltó un suspiro, enderezó su espalda y cerró sus ojos por un momento.

—Dafne, sé que has vivido una mierda. —inquirió viéndome fijo, pero a los pocos segundos volvió a quitar la mirada de mí—. Sé que no llevas una vida fácil, sé que tu pasado es más oscuro que la noche más fría de invierno, sé tanto de ti que me da miedo errar y terminar dañándote más de lo que ya lo hicieron contigo.

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⏰ Última actualización: Aug 06 ⏰

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𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒 ━━━. Joey JordisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora