𝟭𝟱. Nobody

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En memoria de Joey Jordison.

Él soltó un profundo suspiro y se mantuvo en silencio. Sus pies caminaron hacia la cama y una vez allí tomó asiento mientras su mirada se fijaba sobre el suelo evitando verme a la cara.
Mí corazón se aceleraba al pasar de los segundos sin razón, quizás era el miedo o temor de que sus labios expresen su verdad y sea yo quien termine con el corazón estrujado de dolor. Mí garganta se tensó generando un gran nudo que dudaba que me dejara hablar; mí cuerpo empezó a sudar un poco. No sabía cómo controlarme.
Paré por un segundo la respiración, tratando de aparentar estar más tranquila aunque sabía que no era así. La incertidumbre, el silencio, todo me estaba carcomiendo por dentro.

Joder, habla de una puta vez.

La puerta fue golpeada al otro lado de la habitación. Irritada la abrí encontrándome con un hombre ajeno a los chicos, alto y semi obeso. Presentía algo malo con su aura, pero al ver que nos llamó a la planta baja, supuse que era un "amigo" de la casa.

Error. Era el manager.

—¿¡O sea que han integrado a esta muchacha a la banda y no me lo pensaban decir!? —gritó molesto mientras me señalaba con su dedo índice a sus espaldas—. ¿Acaso no piensan?

—Oye, ¿Podrías dejar de gritar, viejo? ¡Son las dos de la tarde, maldita sea! —Eric se dejó caer en el sillón por completo, totalmente agotado y molesto por el horario en el que lo habían levantado.

—No es mí culpa que se hayan pasado la noche bebiendo, como de costumbre. —un suspiro de frustración salió de su boca, acomodó sus lentes de sol y se giró hacia mí—. Tú nombre.

—Dafne. —respondí algo cortante, tratando de ocultar el nerviosismo y la ansiedad que me estaba generando toda la situación.

—Dafne entonces. —ambos asentimos—. Necesito llevarte al estudio, por más que estos perdedores te hayan dicho que estabas en la banda, hay muchos papeles detrás y mucha información que debés tener en cuenta.

Asentí con la cabeza y subí a la habitación para poder cambiarme. Al cabo de un rato subimos a su automóvil y nos dirigimos al estudio; los chicos se habían quedado, por lo que sólo éramos él y yo en el vehículo, generándome incomodidad por ese simple hecho.
El transcurso se hizo leve -por suerte- y en veinte minutos logramos estar en la puerta de la instalación que, si tuviera el tupé de opinar, diría que no era ni la más lujosa ni grande.

Al entrar me llevó por los pasillos de la planta baja hasta dar con una oficina no muy grande. Él tomó asiento detrás del escritorio y con un ademán en su mano me ofreció asiento frente a él, al otro lado del escritorio.

—Bien Dafne, antes de explicarte todo lo aburrido ¿Ya hicieron la prueba de voz, verdad? —asentí—. Entonces vamos a proseguir con las pautas y los contratos, luego revisaremos tu voz una vez más ¿Te parece bien?

Asentí con la cabeza viendo como sacaba variedad de papeles sobre el escritorio luego del comentario cómico: "Eres una chica de pocas palabras a comparación de la banda ". Reí suavemente y me dediqué a leer resumidamente cada hoja que me iba pasando, dejándolas a un lado y comenzando a apilarlas en su poca cantidad.
No había nada raro en los papeles. Esperaba algo como: "te privaremos de hacer música siempre que queramos" o "te quitaremos tus órganos para venderlos".

Los firmé aún con la duda de si haberlos leído resumidamente fue buena idea, pero algo me decía que no había nada de malo en aquellos papeles.

Y esperaba que ese "algo" no se equivoque.

—¿Thomson? —preguntó algo curioso luego de leer la aclaración de mí firma—. Hay un conocido guitarrista del mismo apellido.

—Sí, Mick Thomson. —respondí con media sonrisa—. Es mí hermano.

𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐄𝐘𝐄𝐒 ━━━. Joey JordisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora