Capítulo 8

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Inseguridades escritas.

Terminé de preparar mi mochila agregando libretas, algunas velas, cerillas, y un paquete sin abrir de los que quedaba sobre la estantería para abrirlo esa noche tras terminar mi lectura ligera actual

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Terminé de preparar mi mochila agregando libretas, algunas velas, cerillas, y un paquete sin abrir de los que quedaba sobre la estantería para abrirlo esa noche tras terminar mi lectura ligera actual. Luego salí de la casa y casi corrí emocionada hasta mi árbol de siempre. Donde esperaba la respuesta de Azriel.

«En realidad, no he cruzado el muro desde nuestra visita. Mis regalos los lleva Cassian cada vez que pasa a recoger los informes de sus hombres cada pocas semanas. Con las notas es más fácil. Rhys puede enviarlas y recogerlas con su magia. Pero debo esperar a que esté despierto para ello, por lo que solo puedo hacerlo por la mañana.

Pd: me alegro de que te gusten mis regalos y poder mantener el contacto contigo.

Sonreí ante la respuesta. Aunque, no sabía por qué, me entristecía un poco que no fuera él quien traía los libros. De cualquier modo, me reconfortaba el hecho de que se tomara tantas molestias solo para complacerme, tanto con los regalos como con las notas.

Deseaba poder devolverle su amabilidad algún día, pero no estaba segura de llegar a lograrlo. Sobre todo, porque no tenía dinero propio y dependía por completo de la caridad de las hermanas Archeron. Y con todo el odio de su comunidad —que al parecer la creían la autora de la del accidente de su familia— no esperaba conseguir un trabajo o alguna esperanza de independencia económica. Estaba completamente a merced de la amabilidad de las Archeron.

Borrando esos pensamientos de su cabeza, respondió a la nota de Azriel.

«¿Supongo entonces que tu magia y la del Alto Lord son diferentes y por ello no haces el intercambio tú mismo? Admito que, de alguna manera, la espera a la siguiente nota le da un poco de emoción al asunto.

Pd: me conmueve que te tomes todas esas molestias solo por mí.

A.B.»

Dejé la nota en su sitio y guardé la nueva de Azriel en mi cuaderno —tenía todas las demás guardadas en una caja, a la que se uniría esta por la mañana—. Antes de continuar y terminar con mi lectura ligera.

Esa noche no me dio tiempo a abrir mi nuevo libro así que decidí guardar la expectación hasta la mañana siguiente, cuando empecé mi nueva lectura: un libro detallado sobre la geografía actual del norte del muro, los países inmortales del continente y —lo más detallado todavía— las Cortes de Prytian. También contenía sobre la isla junto a Prytian, Hybern, que según había escuchado, era la fuente de problemas actual.

Emocionada con mi nueva adquisición casi pasé por alto la nota del macho que se molestaba en enviar sus notas todos los días.

«Rhys es medio Ilyrio, pero también alto fae y Alto Lord, la magia que se necesita para esto es de Alto Lord, de otro modo no llegaría a atravesar el muro. Así que no, no puedo hacer el intercambio por mí mismo, aunque me gustaría. Así al menos podríamos intercambiar notas más a menudo y no me molestarían tanto al respecto. Aunque tienes razón, la espera le da un poco de emoción.

Pd: para mí no es una molestia, es un placer que espero con ansias.

Esa respuesta me inquietó un poco. ¿Estaban molestando a Azriel por mi culpa? Quizás a los otros inmortales —que no parecían tenerme tanto aprecio como Azriel— no les gustaba tener que hacer de mensajeros para mí.

Decidí expresar mis preocupaciones, si era un problema para ellos me convencería de dejar de comunicarme, aunque la sola idea me entristeciera. Suficiente tenía ya con molestar a las Archeron ocupando su casa como para extender esa molestia hasta el otro lado del muro.

«¿Estás teniendo problemas por mi culpa? No se me había ocurrido que podría molestar a los otros inmortales el tener que hacer de mensajeros. Puede que no sea un problema para ti, pero no me gustaría molestarlos a ellos también.

A.B.»

Con un poco de duda dejé la nota y comencé mi nueva lectura, aunque la culpa me impidiera disfrutar tanto como debería. 

Lo se, lo se

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Lo se, lo se. muy corto. el próximo es más largo, lo prometo. 

Por lo demás, ¡nos leemos a la próxima!

Una Corte de Muerte y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora