Mas Allá De Mi

Roma tu y yo

¿Hay algo más gracioso que una persona que se ponga de malas por tener hambre?
Perdonen para los que así les pasa pero es algo que a mi me resulta chistoso

¿Por que estarías de mal humor?

Miro a mi novio sentado en la silla a mi lado, tiene los brazos cruzados y una mueca en sus labios que denota su molestia con el mundo. Muerdo el interior de mi mejilla tratando de que no se me escape la risa.

La única justificación que le doy a su mal genio es que aunado a que tiene hambre, nos hicieron pasar un mal rato en la inspección del equipaje. No se por que rayos la cosa timbro al momento de que pase, luego con la excusa de que no había una chica, lo quiso hacer un hombre, eso lo detonó y les empezó a reclamar.

No sirvió de mucho por que tomaron su queja como si quisiéramos esconder algo y ambos fuimos a revisión....evidentemente no encontraron nada pero el mal rato lo tuvimos que pasar.

Ahora, su molestia se agrandó por que ya se tardaron en traernos lo que pedimos de comer. Tomo mi mochila recordando que compre unas galletas, y le extiendo el paquete, nuevamente tengo que contener la risa cuando mira el empaque con recelo.

-Venga gruñon, se que no son tus favoritas pero es mientras nos traen los platillos- bufa pero termina tomándolo y comenzando a comer las galletas.

Dejo que pasen los minutos y su humor mejore, mientras me recargo en su brazo y me entretengo jugando con mi celular. Rato después nos traen los platillos y ya que sé que no tiene el mejor animo para platicar, pongo una serie para verla mientras desayunamos.

Nos esperan alrededor de 15 horas de vuelo, y espero que no haya ningún retraso por que son demasiadas mis ansias por llegar YA. Afortunadamente no lleva mucho tiempo para que Mau vuelva a ser ese chico de buen humor, platicador y travieso.

No tenemos ningún inconveniente al momento de abordar ni del despegué. Mis ojos comienzan a pesar por el cansancio, reclino el asiento por completo para dormir y miro a Mauro quién se encuentra muy entretenido haciéndole caras graciosas y sonriendo con un bebé que esta unas filas mas adelante.

Me entretengo observando su interacción y aunque estoy totalmente consciente de que no quiero bebés por el momento, no voy a negar que me derrite verlo...¿Por que tendremos esa reacción cuando vemos al chico que nos gusta con un bebé?

Al parecer el nene se cansa de jugar con Mauro y vuelve a sentarse en las piernas de su madre, Mau se encoje de hombros al notar que ya no tiene su atención. Me mira

-¿Te vas a dormir?- asiento. Se acerca y aunque es incomodo, se las ingenia para llegar a mis labios dejando un beso- descansa.

Suspiro y me acomodo...ya quiero llegar.

***

Pongo bien el gorro sobre mi cabeza y cierro mi chaqueta, veo enfrente parte de la noche de Roma y no puedo evitar soltar un respiro profundo. Ya es tarde y la temperatura ha comenzado a descender considerablemente.

Por fortuna ambos traemos gorros y chaquetas lo suficientemente abrigadoras, solo nos faltaron los guantes pero eso lo solucione metiendo una de mis manos en el bolsillo de mi pantalón (ya que la maldita chaqueta no trae bolsillos) y mi otra mano, entrelazada a la de Mauro, esta dentro de el bolsillo de su chaqueta.

Lo primero que hicimos al llegar a Roma fue dejar nuestras cosas en el hotel (que por cierto esta hermoso) y buscar rápidamente un restaurante ya que ambos nos moríamos de hambre.

Ad Hoc Ristorante fue nuestro destino, y su comida fue exquisita. También el describir la hermosura de los paisajes y estructuras de Roma es difícil y el restaurante no fue la excepción, yo estuve embobada todo el rato...si no era por la fachada del restaurante, era por la decoración que tenían...y también por el hombre que me acompaña.