CAP 18

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- ¡No, por favor, no! -grita, su voz llena de angustia-. ¡Dile que regrese! ¡Que al menos vuelva y me dé un abrazo! ¡Jamás pude cocinar con él! -se aferra a Toga, suplicante-. ¡Quiero a mi niño de regreso!

Toga la abraza con fuerza, tratando de consolarla mientras las lágrimas corren por su propio rostro.

Inuyasha sale de su cuarto, alarmado por el escándalo. Al ver a sus padres tirados en el suelo llorando, se siente confundido y preocupado. No entiende qué está pasando, pero el dolor en sus rostros es innegable.

Izayoi se levanta del abrazo de Toga, su determinación encendida por la desesperación.

- ¡Lo traeré de regreso, no me importa que me odie! -grita, corriendo para salir de la casa e ir a la dirección en que se había ido la camioneta de Sheilong.

Toga, con una frialdad que oculta su propio dolor, mira fijamente a Inuyasha.

- Tráela de vuelta -ordena.

Inuyasha corre tras su madre, alcanzándola rápidamente. La agarra con firmeza, pero con delicadeza, tratando de no hacerle daño.

- ¡Mamá, tienes que volver! -le suplica, tratando de calmarla.

Izayoi se niega a detenerse, forcejeando contra él.

- ¡Déjame ir, Inuyasha! -grita entre lágrimas, golpeándolo con desesperación-. ¡Lo van a matar! ¡Van a matar a mi bebé! ¡Déjame ir por Sheilong!

Inuyasha la sostiene con más fuerza, tratando de contener sus propias lágrimas por ver en ese estado a su madre sin entender que es lo que pasaba con Sheilong.

Entra de nuevo a la casa a su lado y aún sosteniendo a su madre entra a la oficina de su padre para saber que es lo pasaba. 

- ¿Qué está sucediendo? -le pregunta a su padre-. ¿Por qué Sheilong se fue? ¿Qué es todo esto?

Toga suspira, sabiendo que no hay manera fácil de decirlo.

- Inuyasha, no estoy de ánimos de darte detalles solo. . . - suspira - están pasando algunos problemas pero ya veré la forma de arreglarlos

- ¿Que problemas? 

- Nada importante solo le entregue a Sheilong algunos negocios que yo administraba y el tendrá que irse por un largo tiempo del pais para que los pueda manejar, solo eso. 

La revelación deja a Inuyasha sin aliento, sus ojos abiertos de par en par en incredulidad y como su padre hablaba tan a la ligera. 

- ¿Qué? -grita, su voz temblando-. ¿Cómo pudiste entregarle eso a él? ¡No es tu hijo! ¡Eso debería ser para Sesshomaru o para mí!

En ese momento, Izayoi se suelta de su agarre y le da una cachetada a Inuyasha, sus ojos llenos de lágrimas y furia.

- Esos apestosos negocios es de la madre de Sesshomaru, ella era la dueña pero al morir le dejo todo a tu padre porque aun era su esposo ¡Tu no tienes nada que reclamar! ¡Nada de eso te pertenece! y como te atreves a despreciar de esa manera a Sheilong ¡el es parte de esta familia, tenga o no la misma sangre! -grita entre sollozos-. Él es nuestro hijo y merece tu respeto. Acaba de condenarse a sí mismo para protegernos.

Toga toma a Izayoi de los brazos, tratando de calmarla y que no exponga la verdad. 

- Izayoi, por favor, cálmate -dice suavemente mientras la lleva de regreso a su habitación. Luego mira de costado a Inuyasha, con su expresión fría y severa-. No te atrevas a decir ni una palabra de lo que ha pasado o lo que has escuchado a Sesshomaru o a nadie más. ¿Entendido?

LOCURA #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora