Ella lo mira son sorpresa y odio por estar una vez más en frente de la persona que la separo del hombre que más amaba y su único boleto a la sima.
—Sesshomaru es mío y solo nos hemos dado un tiempo —respondió Kagura con determinación.
—¿Un tiempo de tres años? —se burló Sheilong—. Vamos, Kagura, nadie se toma un descanso de tres años.
—No te atrevas a meterte entre nosotros otra vez, Sheilong —dijo Kagura, con los ojos llenos de furia.
—Yo nunca me metí. Tú fuiste quien me buscaba a escondidas, si piensas un poco con lo que te queda de cerebro la culpable de terminar con Sesshomaru fuiste tú, ¿Quién se mete con un desconocido mientras tiene novio? Y para tu mala suerte ¿Ese desconocido era el mejor amigo?—replicó Sheilong con una sonrisa burlona.
Kagura comenzó a justificarse, repitiendo miles de veces que fue un accidente, una cosa de una noche, que su verdadero amor era Sesshomaru. Pero eso solo hacía reír más a Sheilong.
—Vamos, Kagura. Entre nosotros no puede haber mentiras. Sé que solo lo querías por su dinero y posición — dijo Sheilong, su risa teñida de desdén
Kagura apretó los puños, sus ojos brillando de furia y desesperación.
—¡No es verdad! Yo lo amaba de verdad. No puedo vivir sin él. ¡Tú lo sabes!—exclamó Kagura, casi suplicante.
Sheilong arqueó una ceja, divertido.
—Claro, claro. Sigue repitiéndotelo a ti misma. Pero la realidad es que Sesshomaru te dejó porque vio tu verdadera naturaleza. Y francamente, no lo culpo —dijo, disfrutando de cada palabra.
Sheilong la miró con una mezcla de diversión porque sabía que sus palabras estaban hiriéndola, y eso solo añadía a su satisfacción. Sin embargo, no había terminado de aplastar el poco orgullo que le quedaba a Kagura.
—Sabes, Kagura —dijo, acercándose aún más, disfrutando de la incomodidad evidente en la cara de ella—, Sesshomaru ya te olvidó hace mucho tiempo. De hecho, ahora está con una mujer que lo tiene comiendo de su mano, algo que tú nunca lograste.
Kagura parpadeó, su rostro palideciendo ante esas palabras. Su desesperación se convirtió rápidamente en una furia cegadora.
—Mientes —siseó, intentando mantener la compostura—. Sesshomaru nunca miraría a otra mujer. ¡Yo soy la única para él!
Sheilong soltó una carcajada, su risa resonando en la tienda atrayendo miradas curiosas de los empleados, pero ninguno se atrevía a detenerlo o interrumpirlo, sabían que un error y los despediría.
—Oh, pero lo ha hecho. Y está tan enamorado que no me sorprendería que se case pronto —dijo deleitándose con cada palabra que pronunciaba.
Kagura sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. La idea de Sesshomaru casándose con otra mujer era más de lo que podía soportar. Su desesperación se transformó en un odio visceral.
—¡Dime quién es esa mujer! —gritó, sus ojos llenos de una mezcla de ira y lágrimas—. ¡La mandaré al infierno! Nadie me quitará lo que es mío.
Sheilong sonrió, disfrutando de la escena que había creado.
—¿Crees que te diría quién es? —respondió con un tono burlón—. No te lo mereces, Kagura. Sesshomaru ha encontrado a alguien mejor entiende, alguien que realmente lo aprecia y que por lo que veo lo mantiene tan entretenido que tú pasaste hacer solo un recuerdo desagradable para él.
Kagura, sin poder contener más su rabia, dio un paso hacia adelante, levantando una mano como si fuera a golpear a Sheilong, pero él la detuvo, agarrando su muñeca con firmeza para luego apegarla a su cuerpo con fuerza y susurrarle algo en el oído.
— Que lastima me das, mira todo lo que te paso por atreverte a amenazarme para alejarme de la vida de Sesshomaru pero no importaron lo esfuerzos que hiciste él te termino alejando a ti y déjame confesarte que tienes razón, yo tengo la culpa porque ese día que tú me invitaste a beber en tu apartamento aprovechando que ya estabas muy borracha puse algo en tu bebida para que quedes inconsciente y olvides todo, te desvestí y destroce la habitación para que pareciera que nosotros tuvimos sexo. Espere paciente mente hasta que Sesshomaru venga y cuando nos vio pude disfrutar tu rostro lleno de locura al escuchar como el me defendía a mí y no a ti que supuestamente eras su amada novia.
Kagura se quedó helada, sus ojos llenos de incredulidad y horror mientras procesaba las palabras de Sheilong. Una mezcla de rabia y desesperación comenzó a consumirla, sus manos temblaban violentamente.
—¿Qué... qué estás diciendo? —balbuceó, su voz apenas un susurro.
Sheilong se alejó ligeramente, observando su reacción con una sonrisa cruel.
—Lo que escuchaste, Kagura. Nunca te acostaste conmigo, fue toda una mentira para que Sesshomaru te dejara y funcionó de maravilla.
La mente de Kagura comenzó a fragmentarse ante esta revelación. Todo este tiempo, había creído que había cometido un error terrible, que una noche de borrachera había destruido su relación con Sesshomaru. Pero ahora, al saber la verdad, la realidad de que había sido manipulada y traicionada de esa manera la llevó al borde de la locura.
—¡No! —gritó, su voz desgarrada por la desesperación—. ¡Eso no puede ser verdad! ¡No puede ser verdad!
Se dejó caer al suelo, sus manos cubriendo su rostro mientras las lágrimas brotaban sin control. Los recuerdos de esos momentos volvieron a ella con una claridad devastadora, cada detalle encajando en su lugar, y se dio cuenta de que había sido una marioneta en las manos de Sheilong.
—¿Por qué? —sollozó, mirando a Sheilong con los ojos llenos de odio y desesperación—. ¿Por qué harías algo tan cruel?
Sheilong se encogió de hombros, aun sonriendo.
—Porque no me agradas y no iba a permitir que alguien tan podrida se una de por vida con Sesshomaru, ahora, vive con eso.
Kagura, consumida por la furia y la desesperación, se puso de pie de un salto y corrió hacia Sheilong, sus manos levantadas en un intento desesperado de atacarlo de nuevo. Pero él, con una facilidad casi casual, la desvió y la empujó al suelo de nuevo.
—Patético —murmuró Sheilong, mirando a Kagura en el suelo, rota y destrozada por la verdad que acababa de descubrir.
La realidad de que nunca había traicionado a Sesshomaru de la manera que había pensado, y que todo había sido una artimaña cruel de Sheilong, la destrozó. Su mente se desmoronó bajo el peso de la traición, y la risa burlona de Sheilong resonó en sus oídos, marcando el inicio de su descenso.
- No te preocupes, Kagura que ahora Sesshomaru está mejor sin ti. Y tú, bueno, te has quedado sola con tus ilusiones rotas.
Kagura, fuera de sí, comenzó a lanzar improperios y amenazas, jurando que haría lo que fuera necesario para recuperar a Sesshomaru. Pero Sheilong simplemente la observaba con una expresión de triunfo, disfrutando del espectáculo de la caída de su antigua rival.
- Los voy a matar a todos, a ti y a esa mujer que se metieron en mi camino
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LOCURA #6
RandomEl líder Yakuza de Japón regresa a China para reclamar lo que fue suyo desde que nació y le tocará enfrentarse contra los nuevos líderes. Apenas pisa China y ya sufre un atentado y es que se corrió muy rápido que el regresaría, con sus aliados trat...