CAP 12

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No sé cuánto dormir, antes de acostarme era de día y ahora toda mi habitación está completamente a oscuras, tomo mi teléfono y noto que eran las 2:00 a.m., al parecer dormí de más pero ya sentía mi cuerpo un poco más descansado.

Lentamente me paro de la cama para irme al baño, enciendo las luces y lo primero que veo es mi reflejo en el amplio espejo, deslizo mi mano por mi cuello donde tenía un gran moretón, algunas partes se habían tornado verdosas.

Toco mi rostro y revise algunas heridas que tenía en mi labio, ceja y cabeza. Comienzo a sentir algo que jamás imagine. . . odio por Sesshomaru.

- ¡Ahhh! ¡Maldito imbécil! ¡Yo me contuve para no herirte porque me importabas! Pero fui un completo idiota, ¡mira como dejaste mi cuello y mi rostro! ¡Como mierda voy a cubrir este moretón!

Comienzo a gritarle a mi propio reflejo como si lo tuviera de frente, golpeando el lavamanos con mis puños.

Fue tanto el enojo que tome un frasco de perfume para estrellarlo contra el espejo, rompiéndolo en miles de pedazos.

- Mira lo que me haces hacer, ¡¡por tu culpa rompí un espejo de tres mil dólares!! ¡Ahh porque mi vida tiene que estar rodeada de imbéciles!

Salgo del baño y comienzo a encender todas las luces de la casa, es de madrugada pero eso me importa menos ahora, en la mesa del comedor se encontraban tapados algunos platos de comida junto a una pequeña nota "No tomes tus pastillas con el estómago vacío y aplica un poco de hielo a tus moretones"

- Sigues comportándote como un imbécil Yoichi – suspirando frustrado

Cuando estoy a punto de tomar asiento para comer, el timbre comienza a sonar lo que es muy raro porque estoy en una casa en la playa, es poco común que pase eso. . . a menos que sea los guardias costeros que vinieron a avisarme que se acerca una tormenta.

Voy a la puerta y cuando estoy a punto de abrir escucho como alguien golpea con fuerza una y otra vez, como si quisieran entrar, corro a mi oficina y guardo un arma atrás en mi espalda y salgo teniendo otra en mi mano.

Los golpes eran cada vez más fuertes, la puerta no resistiría por mucho tiempo y decido esconderme detrás de la barra de la cocina cuando escucho como esta se abre de golpe.

Por el sonido supe que solo era una persona, sus pisadas se escuchaban como si estuviera buscando algo, poco a poco se acerca al lugar donde estaba escondido, tenía que deshacerme de él. Salgo de mi escondite y lo apunto con el arma.

- Un movimiento en falso y te parto la cabeza

- Sheilong!!

El hombre corre a abrazarme ignorando por completo que tenía un arma en mis manos.

- Otro imbécil – suspira – que haces aquí Yuki – alejándolo para luego mirarlo con cara de pocos amigos

- Se que te estoy molestando pero cuando te llame no contestabas el teléfono y al preguntarle a tu secretario me dijo que avías faltado al trabajo, no . . . pude evitar preocuparme por ti – tocando mi rostro – amor, ¿Quién te hizo esto?

- No tienes cosas más importantes que hacer en lugar de venir a qui y comenzar a decir tonterías

- ¿Por qué me estás hablando así? ¿Qué sucede contigo?

Quito bruscamente su mano de mi rostro y lo miro indignado.

- ¡¿Qué sucede conmigo?! - repito, mi voz resonando con una mezcla de furia y desesperación. - Lo que sucede es que no necesito a nadie más complicando mi vida ahora mismo.

Yuki retrocede, sorprendido por la intensidad de mis palabras. Sus ojos reflejan una mezcla de tristeza y preocupación, pero eso no me ablanda.

- Sheilong... - comienza, su voz temblorosa. - No quería complicarte la vida, solo me preocupaba por ti, cuando desapareciste no sabía qué hacer y se me ocurrió venir aquí.

LOCURA #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora