Después de que Jimin se entregara a sus alfas, algunas cosas fueron diferentes.
Esa noche que fue reclamado fue por mucho la mejor de su vida y los alfas pensaban igual pero ahora en la oficina, mientras trabajaban, había dudas e incertidumbres que rondaban a los tres.
Muy a pesar de no importarles lo que dijera la gente de ellos, Yoongi y Hoseok se habían acostumbrado a las críticas sobre ellos desde hace tiempo y supieron levantar su compañía enfrentando muchos obstáculos por el qué dirán de la sociedad y la verdad no les importaba lo más mínimo que los vieran mal por ser una pareja de alfas. El problema estaba ahora en que a ellos se había unido un omega, su destinado y eso sí que les preocupaba.
Sabían que, aunque no lo dijera, Jimin era muy sensible y algo que no serían capaces de tolerar es que la crítica y las malas miradas fueran en su dirección. Él no merecía ni soportaría ser apuntado con el dedo por ser el omega de dos alfas que ya cargaban una reputación de indecentes, a pesar de ser de los empresarios más exitosos que se conocieran.
Eso, sumado al hecho de que ya habían comenzado a tejer el lazo que los unirá de por vida y aún no sabían cómo iban a hacer cuando fuera el momento de marcarlo. Si es que él iba a querer ser marcado y peor aún, de quien de ellos sería la marca.
Esas y otras preguntas se hacían los alfas mientras trabajaban.
Por otro lado, en su escritorio Jimin tenía también sus propias incertidumbres.
¿Qué iba a pasar de ahora en adelante? Ni siquiera habían hablado del tema desde la noche anterior. Sólo se habían dedicado a sentirse y descubrirse entre ellos y aunque fue la mejor experiencia de su vida, no podía dejar de pensar en lo que vendría después.
Sabía la reputación inmoral que rodeaba a Hoseok y a Yoongi por ser pareja y eso es algo que a él realmente no le importaba ni una pizca, pero que diría o haría la gente si supieran que ahora también él compartía íntimamente con ellos. Podrían incluso perder todo el reconocimiento en la industria y el poder empresarial que hasta hoy tanto trabajo les ha costado ganarse.
Jimin no podía ser tan egoísta y arruinar las vidas de sus jefes, por qué además de que su lobo sabía que eran sus destinados, él como hombre se estaba enamorando de ellos. De los buenos hombres que eran, de lo bien que lo trataban y todo lo que en solo dos meses habían hecho por él.
Pero es que ¿qué se supone que debería hacer?
¿Sólo olvidar lo que los une y seguir como si nada?
Eso no iba a ser posible.
Y si se queda a enfrentar esto con ellos, ¿Cómo se supone que se sella un lazo entre tres personas?
Tantas preguntas y ninguna respuesta.
En silencio trabajaban hasta que Jimin anunció la próxima junta del día.
—En diez minutos comienza la junta general con los artistas y los agentes para discutir las propuestas publicitarias y los calendarios de las presentaciones y giras.
—Gracias, Jimin. Prepárate para que nos acompañes y tomes notas. Esas juntas generales son un caos y siempre se nos escapa algún detalle.
Yoongi veía la expresión aturdida de Jimin y casi que sabía por dónde iba la cosa, sin decir que podía sentir en mínima medida la angustia del omega, así como habían aprendido con Hoseok a sentirse e identificar sus emociones entre sí.
Sé giró hacia Hoseok y con una mirada se entendieron.
—¿Qué sucede, Jimin? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? —Hoseok se levantó de su silla y se acercó a Jimin para tomarlo por la cintura y guiarlo al sillón en una esquina de la oficina donde ya se encontraba Yoongi y lo sentó entre ambos.
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INOPINATUM |YSM|
FanfictionMin Yoongi es un alfa de veintisiete años y dueño de su propia compañía disquera. En sociedad con Jung Hoseok, otro alfa de la misma edad. Hombres liberales y poco creyentes en esa mierda de los destinados, un alfa para un omega, ni los lazos de par...