Veintiséis

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—Deberíamos regresar a la compañía. Estoy demasiado preocupado. —Hoseok caminaba de un lado al otro, haciendo largas líneas de ida y vuelta.

—Cálmate un poco, Hoseok. Yo también estoy preocupado, pero hay que confiar en él. —le tranquilizó Yoongi—. Si dice que está bien, debemos creerle. Ya nos dirá si realmente sucede algo.

—De acuerdo. Solo terminemos esa reunión y volvamos con Jimin. Me enerva estar lejos de él por demasiado tiempo.

Hace más de veinte minutos que sintieron el conocido tirón en el pecho. Jimin estaba sintiendo algo y no precisamente bonito. Podían sentir angustia y temor tensando el lazo. Le llamaron para saber que pasaba, pero dijo estar bien y aunque no le creían le dieron el beneficio de la duda. Confiaban en él y en que a su tiempo les diría que pasaba o al menos lo disuadirían de que lo hiciera.

Dos horas después iban de camino a la compañía. Necesitaban ver a su omega, tocarlo y saber que realmente estaba bien. Era una imperiosa necesidad de protección la que tenían. Hace ya unas semanas que sus instintos estaban a flor de piel, pidiendo estar junto a su compañero todo el tiempo, darle mimos y cuidarlo. Algo realmente extraño, no por los deseos crecientes, sino porque eran aún más fuertes en los últimos días. Además de que lo notaban más sensible, física y emocionalmente y pedía el contacto con más ímpetu que en los primeros días. Cosa que no les disgustaba en lo absoluto, pero si llamaba la atención.

Subieron hasta el octavo piso. Jimin no estaba en la oficina ¿Dónde estaba?

Antes de que pudieran volverse locos por la desesperación de no verlo, el omega entró detrás de ellos con semblante preocupado, además de que su aroma estaba teñido de miedo.

—¿Qué sucede, cariño? —Jimin se exaltó un poco cuando sintió a su alfa, Yoongi, junto a él. Su cuerpo y su lobo pedían desesperadamente por el contacto.

—No pasa nada.

—No le mientas a tus alfas. Si no regresamos antes fue porque dijiste que todo estaba bien y decidimos darte tu espacio, pero sabemos que es mentira. Algo te sucede.

Jimin no podía mentirles. No quería, pero tenía miedo de lo que fueran a pensar, que no estuvieran conformes con que vaya a tener un cachorro sin haberlo planificado primero, más aún sin saber a cuál de los dos alfas haría padre en unos meses más. Podía sentir lo preocupados que estaban por él, pero no soportaría sentir desprecio o inconformidad por parte de sus compañeros.

— Yo... yo me caí. Tropecé con la silla y caí al suelo. Me asusté un poco, pero estoy bien. Fui con el doctor Lee y me dio un analgésico. —No mintió, pero no dijo toda la verdad. Todavía.

—¿Estas bien? ¿Te duele algo? —Hoseok tocaba con insistencia el cuerpo del omega en busca de un golpe visible.

—Estoy bien. Seguramente habrá un moretón en una de mis pompas, pero nada más.

—Pero eso no es todo ¿cierto? —preguntó Yoongi y luego dijo—: No sé lo que pasa contigo Jimin, pero ni Hoseok y yo estamos conformes con lo que has dicho. No es solo susto. Tienes miedo, estás nervioso y ansioso y nos dirás ahora mismo qué es. No vamos a regañarte ni nada de eso. Solo estamos preocupados ¿Alguien dijo o hizo algo que te incomodara? ¿Te hirieron? Dilo de una vez. —El alfa gesticulaba con cada palabra exaltada.

—Yoongi, no lo presiones. Lo estás asustando todavía más. Ven, amor. —le dijo a Jimin—. Siéntate y dinos la verdad. Prometemos que estarás bien, sólo queremos que te sientas tranquilo.

Tenía que hacerlo. Jimin tenía que decirles del bebé que cargaba en su vientre. Tener el valor de enfrentar lo que sea.

Lo guiaron hasta el sillón, donde acostumbraban a acurrucarse cuando no tenían mucho que hacer o cuando simplemente tenían ganas.

INOPINATUM |YSM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora