"¿Esa no es la camioneta de Sam Uley?" preguntó Charlie desde su lugar en la pequeña mesa redonda de la cocina, situada justo contra la ventana. Su tono era de curiosidad, mezclado con una ligera sorpresa. Ethan, que estaba agachado ajustándose los cordones de los zapatos, no se molestó en girarse para confirmar las palabras de su hermano. "Sí, viene a recogerme," dijo,El motor de la camioneta se apagó, y Ethan imaginó a Sam saliendo del vehículo para dirigirse a la puerta de la casa, como había estado haciendo durante las últimas dos semanas y media desde que se ofreció a llevarlo; un ofrecimiento lo suficientemente inocente como para que Ethan lo aceptara al principio. Charlie, aún confundido, frunció el ceño con su taza de café cerca del rostro. "¿A recogerte?" repitió.
Ethan se levantó, finalmente girándose para mirar a Charlie "Se ha estado quedando con Billy. Se ofreció a recogerme de vez en cuándo, si lo necesitaba" explicó, sin entrar en detalles. Evitando mencionar que la razón por la cual su nueva rutina le parecía tan confusa era precisamente su propia culpa; Charlie había estado ausente por las mañanas, probablemente para evitar confrontaciones o momentos incómodos entre ellos. La relación entre los hermanos había estado tensa, con una comunicación mínima y muchos temas no resueltos entre ellos.
"Es un buen chico," añadió, evitando, una vez más, mencionar que Sam le recordaba a ellos mismos cuando eran jóvenes, siempre tratando de mantener una fachada dura; la reticencia de Charlie parecía tener su origen en hablar de cualquier cosa relacionada a el pasado, por más mínimo que esto fuera. Charlie asintió lentamente, llevándose la taza a los labios y mirando hacia la ventana con una expresión pensativa. "¿Cómo ha estado?" preguntó, un destello de preocupación cruzando sus ojos.
"Está bien," respondió Ethan, queriendo cerrar la conversación rápidamente. Se dirigió hacia la puerta, pero antes de salir de la cocina, agregó: "Volveré por la tarde. Billy necesita ayuda con algunas cosas." No esperó una respuesta de Charlie, que parecía querer decir algo más pero se detuvo, su voz apagada alcanzando a Ethan en el pasillo. "Envíale mis saludos a Billy y a Jake. Los veré el sábado," dijo Charlie, pero Ethan ya había alcanzado la puerta y escuchó el suave golpe de la mano de Sam desde el otro lado.
Ethan descolgó su abrigo del perchero junto a la puerta, notando el frío que se colaba por las rendijas. Al abrir la puerta, se encontró con Sam Uley, quien estaba allí, esperándolo como cada mañana de las últimas semanas. Sam parecía menos tenso, aunque aún no del todo cómodo, lo que no sorprendía a Ethan. En esos días, había descubierto que, a pesar de su apariencia reservada, Sam era un buen chico, atento y considerado. Billy, el padre de Jacob, le había mencionado que Sam estaba pasando por un momento difícil, aunque no había dado muchos detalles. Esta falta de información comenzaba a molestar a Ethan, pero trataba de no presionar al chico, confiando en que su compañía podía ser de alguna ayuda, aunque tenía sus serias dudas. Sam parecía recíproco en sus interacciones, eso debía significar algo; el qué, Ethan no tenía una jodida idea.
"Oye, Samuel," saludó Ethan con su habitual sonrisa ladeada. Sam siempre tomaba un segundo en responder, y hoy no fue la excepción. Sus ojos, de un marrón claro, lo observaban con una intensidad que Ethan había confundido una vez con algo más cálido; nada que una taza de café no pudiera corregir. Algo en el rostro de Sam, que siempre parecía tan maduro para su edad, se suavizó por un momento antes de que respondiera con un simple: "Buenos días" en su voz grave y profunda. Ethan se encontró reflexionando, no por primera vez, sobre su propia adolescencia, comparándola con la de Sam. Recordaba vagamente a un joven pálido y delgado, nervioso e incómodo en su propia piel, aparentando ser maduro, muy diferente al Sam que tenía delante, que aunque serio, irradiaba una confianza tranquila y una madurez sorprendente para su edad.
"¿Charlie está en casa?" preguntó Sam, desviando la mirada hacia la patrulla anticuada de Charlie, estacionada en la entrada de la casa. Su expresión se frunció ligeramente, Ethan casi lo malinterpreto como molestia, pero lo descartó. "Sí, está en la cocina. ¿Quieres pasar a saludarlo?" ofreció Ethan, mientras se envolvía en una bufanda para protegerse del aire frío. Al levantar la cabeza, siguió la mirada de Sam hacia la ventana de la cocina, donde pudieron ver a Charlie observándolos con su taza de café en la mano, espiando poco discretamente detrás de las cortinas. Al darse cuenta de que había sido descubierto, Charlie levantó la mano en un saludo torpe, visiblemente avergonzado.
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filed teeth | Sam uley.
FanfictionEn el corazón de la reserva de La Push, la niebla se alzaba como un velo antiguo, ocultando los secretos y las historias de sus habitantes. Los árboles susurraban con el viento, compartiendo cuentos de antaño que solo aquellos con oídos atentos podí...