trece.

111 13 11
                                    

(Volví 🤭. Este capítulo es la "convivencia" entre Ethan y Sam, ...y un poco de drama 😉😂👇).(me quedo largo, no se cuanto sentido tenga, fui uniendo partes que ya había escrito antes. Ustedes díganme🤭)

Un día volveré y editaré todos los capítulos para tengan sentido. Este capítulo es como la calma antes del drama. Disfruten! 😘







Las semanas se deslizaron como un suspiro entre las paredes de la cabaña. Los días estaban llenos de una rutina que Ethan nunca había imaginado disfrutar: despertar con el calor del cuerpo de Sam a su lado, desayunar lo que pudieran improvisar con los víveres que Sam traía de vez en cuando, y perderse en conversaciones o silencios que se sentían reconfortantes en lugar de incómodos.

La cabaña, pequeña y modesta, se había convertido en su refugio. Una cama nueva había reemplazado el viejo colchón en el suelo, y aunque el cambio parecía trivial, simbolizaba algo más grande: un intento de permanencia en un mundo que ambos habían estado evitando.

Ethan había aceptado la mayor parte de la vida de Sam sin demasiadas preguntas, aunque había momentos en que su curiosidad se encendía. Especialmente con los amigos de Sam.

Paul era un enigma. Callado y retraído, se mostraba cortés pero siempre parecía nervioso en la presencia de Sam. Había visitado la cabaña un par de veces, recogiendo cosas que Sam había olvidado. Ethan no podía evitar notar la complacencia con la que Paul trataba a Sam, casi como si temiera ofenderlo.

Por otro lado, Jared y Brady eran más abiertos. Brady, de solo trece años, era el bromista, siempre dispuesto a hacer un comentario sarcástico o contar una historia absurda; Sam le había explicado que el chico había estado lidiando con algunos problemas en casa, y le permitía estar alrededor de ellos, asegurándose de que no se metiera en problemas. Cameron tenía un carisma natural que hacía que Ethan se sintiera a gusto. Sin embargo, Sam mantenía una distancia notable con ellos, rara vez permitiéndoles pasar del umbral de la puerta.

Ethan había optado por no insistir. Parte de él no quería romper la burbuja en la que estaban viviendo, y otra parte, más pragmática, pensaba que era mejor no saber. Si algo iba mal, podría fingir ignorancia, culpar a Sam, e irse sin mirar atrás.

Pero la verdad era que no quería irse. Había algo en la vida que estaba construyendo con Sam, por más frágil y surrealista que pareciera, que lo hacía sentir joven de nuevo, como si pudiera permitirse creer en la fantasía de que todo estaba bien.

Le habían quitado el yeso a Ethan hace unos días, y se sentía bien volver a moverse con libertad. Poder estirarse completamente, girar sin cuidado, y especialmente, tocar lo que quisiera sin que nada se lo impidiera. Esa sensación de recuperar el control de su cuerpo era embriagadora, y Ethan parecía dispuesto a aprovechar cada segundo de ello.

Ahora, mientras sus dedos recorrían el pecho de Sam, dibujando líneas invisibles sobre su piel cálida y firme, Ethan sonrió para sí mismo. “¿Te lo he dicho ya? Se siente increíble poder moverme de nuevo,” dijo con un tono entre juguetón y satisfecho, como si estuviera probando un nuevo juguete.

La cabaña estaba inmersa en un silencio roto únicamente por el crujir ocasional de la madera bajo la presión del viento. El aire dentro era cálido y algo cargado, impregnado del leve aroma a tierra y sudor que emanaba de ellos después de la jornada. La única luz que iluminaba la habitación provenía de un tenue rayo de sol que se colaba por una ventana pequeña, atravesando la cortina a medias.

“Lo has dicho como cinco veces esta semana,” respondió Sam con una sonrisa, inclinándose para besar la coronilla de Ethan, que estaba recostado sobre él, sus piernas entrelazadas. “Y cada vez, parece que encuentras una forma distinta de demostrarlo.”

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

filed teeth | Sam uley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora