La semana llego a su fin y el sábado lo pasaron en el lago, el 'día de pesca' del mes. Ethan llevó su cámara, pero no tomó ninguna fotografía ese día.
Era uno de esos raros días en los que el sol brillaba sobre el pueblo, aunque incluso el sol tenía problemas para luchar contra el frío de la mañana. Jacob ayudó a cargar las cosas en la camioneta de Sam al amanecer, cuando el sol apenas se dignaba a salir por el horizonte entre los árboles.
Para cuando llegaron al lago, seguidos por Charlie, Jacob y Billy, en la vieja Chevy azul de este último. Ethan ya había considerado quedarse en la semicalida cabina de la camioneta de Sam en lugar de arriesgarse a lo que sabía por experiencia que sería un grupo de hombres adultos ebrios, un diminuto bote destartalado en medio del lago e intentos torpes de pescar.
La camioneta se detuvo a un lado de un sendero, similar a cualquier otro en el pueblo y sus alrededores. El aire frío de la mañana se mezclaba con el olor a pino y tierra húmeda. Ethan bajó resignado, luego de que Sam le apretaba el antebrazo de forma superficial, como solía hacer, su tacto cálido contrastando con la brisa helada que se filtraba desde afuera.
"¿Realmente no tienes frío?" preguntó Ethan, observando a Sam, apenas abrigado con una chaqueta ligera.
Sam lo miró mientras, sin aparente esfuerzo, bajaba la hielera cargada de cervezas de la parte trasera de la camioneta. La musculatura de sus brazos se tensaba levemente bajo la tela, pero su rostro no mostraba señal alguna de esfuerzo.
"No, supungo que tengo la sangre caliente" respondió con una sonrisa apenas visible en la comisura de sus labios. Sus ojos se estrecharon ligeramente y desvió la mirada hacia el camino que descendía tras un par de árboles, el sol comenzando a filtrarse tímidamente entre las ramas a ese punto.
Ethan se apretó más la bufanda alrededor del cuello, sintiendo cómo la lana áspera rozaba su piel antes de comenzar a moverse. Envidiaba a la juventud.
"Lo llevaré desde aquí" dijo Sam cuando Ethan no había avanzado ni la mitad del camino cuesta abajo por el sendero de escalones de madera. Ethan lo miró sobre las sillas plegables que cargaba. Estaba acostumbrado a la caminata, pero nunca cargaba mucho peso en sus interminables viajes, y sus brazos ya estaban cansados. Y Sam ya había regresado del pequeño puerto hacia él, con las manos extendidas, su expresión relajada pero decidida.
Los jóvenes de esos días se fabricaban diferente, pensó Ethan con las cejas fruncidas, pero no podía negarse a recibir ayuda. Le entregó las sillas a Sam, notando el contraste entre sus manos frías y las de Sam, cálidas y firmes. Bajaron juntos el sendero. No era muy largo, apenas unos metros, pero el suelo estaba resbaladizo por el rocío y las hojas caídas, lo que hacía que cada paso requiriera cuidado.
El entorno a su alrededor era sereno, con el lago extendiéndose ante ellos como un espejo de plata, reflejando el cielo despejado y las copas de los árboles. El canto distante de los pájaros y el susurro del viento entre las ramas añadían una capa de tranquilidad al paisaje.
"¿Estás seguro que no quieres quedarte?" preguntó Ethan, girándose hacia Sam, quien estaba un paso detrás de él, cargando las sillas sin esfuerzo aparente.
Antes de que Sam pudiera responder, Ethan resbaló en un tronco mojado por el rocío, y Sam extendió una mano rápida y firme para sostenerlo.
"Cuidado" murmuró Sam, su voz baja y tranquila, mientras estabilizaba a Ethan. Ethan se rió suavemente,
"Gracias" dijo, evitando la mirada de Sam y concentrándose en el suelo, aunque no se alejó del todo de su agarre. Al menos sabía que con Sam cerca no se caería y se quebraría el cuello.

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filed teeth | Sam uley.
Fiksi PenggemarEn el corazón de la reserva de La Push, la niebla se alzaba como un velo antiguo, ocultando los secretos y las historias de sus habitantes. Los árboles susurraban con el viento, compartiendo cuentos de antaño que solo aquellos con oídos atentos podí...