uno.

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Ethan no pretendía que su pregunta causara tal reacción, pero su tono distraído mientras se anudaba los zapatos le traicionó. Al escuchar la respuesta de Charlie, que fue casi una acusación, levantó la vista sorprendido.

"¿Que si no importa?" La voz de Charlie resonó con indignación mientras se adentraba en la cocina, abotonándose con torpeza la camisa marrón de su uniforme."¿que no importa que Renée este forzando a Bella a venir aquí para que ella pueda ser.....Renée?". Su ceño fruncido reflejaba su irritación, y se dirigió directamente a la cafetera, solo para detenerse al ver la taza de café humeante que Ethan había preparado para él. Charlie vaciló un momento, desconcertado por el gesto. Finalmente, tomó la taza; el enfado acumulado en los últimos dos días superó cualquier incomodidad habitual.

Ethan, sentado en una silla de madera, se mordió la lengua, un gesto característico suyo cuando contenía palabras. Pasó una mano por su melena desordenada.

"Ayer, de regreso del mercado, pasé por la vieja casa," dijo, con la mirada fija en Charlie. "Está igual. La misma pintura desgastada, la columna del muro torcida desde que papá llegó ebrio y casi estrelló el auto en la sala."

Charlie negó con la cabeza, visiblemente molesto y cansado. Se frotó los ojos con una mano, apoyándose en la fría superficie de la isla de la cocina. "¿Qué tiene que ver con Bella?" preguntó, con un tono menos enojado pero cargado de exasperación.

Ethan se levantó de la silla, metiendo las manos en los bolsillos de sus jeans desgastados. Charlie sabía que Ethan siempre tomaba su tiempo para encontrar las palabras correctas antes de hablar, así que esperó, aunque con evidente impaciencia.

"Ella es tu hija, Charlie. Cuando Renée se fue, no hiciste nada para que se quedara. Y cuando Bella dejó de venir, fue lo mismo," dijo Ethan,

"¿Qué debería haber hecho entonces?¿esposarlas a sus camas?¿mirar como mi hija crecía infeliz?¿dejar que el resentimiento en los ojos de su madre me mirarán a través de los suyos?"

"No, Charlie. Eso no fue lo que pa" lo interrumpe.

Charlie se rió, pero sin humor. "Había olvidado lo bueno que eres para hablar de cosas de las que no tienes idea, Ethan. ¿Cuándo te convertiste en padre? ¿Cuándo... cuándo te quedaste en un lugar esperando a que alguien regresara?" Charlie bajó la mirada, visiblemente arrepentido al instante de haber dicho esas palabras. Parecía más cansado de lo habitual, como si la carga de la conversación lo agotara. "No quiero... olvídalo," dijo finalmente, dejando la taza en la isla y girándose para salir de la cocina, su paso pesado resonando en el suelo de madera.

"Charlie," Ethan lo llamó, intentando mantener la conversación. "¿Vas a ver a Billy? ¿Necesitas que te lleve?" Pero Charlie ya había cambiado de tema.

"Esperé a mamá también, Charlie. La esperé igual que tú," Ethan continuó, con un tono más suave y reflexivo. "Sé que tuviste la peor parte en toda... esa mierda. Pero, ¿cuánto tiempo más vas a quedarte en esta casa esperando que alguien regrese?" Se acercó más a Charlie, con una sinceridad que rara vez mostraba. "Yo me cansé de eso siendo un niño. ¿No estás cansado tú? Deja que Bella venga y toma la oportunidad de... no perderla otra vez."

Charlie no dijo nada, pero antes de abandonar la cocina, sus palabras resonaron en la cabeza de Ethan como una de las pocas cosas honestas que Charlie le había dicho alguna vez. "Yo espero porque tengo a quienes esperar. Tú, todo lo que has hecho es irte."

Ethan no lo negó. Giró y esbozó una sonrisa suave hacia su hermano, una sonrisa que parecía iluminar sus oscuros ojos por un instante. Charlie miró a su hermano: sus cejas gruesas bien definidas, enmarcando sus ojos y acentuando sus expresiones, que van desde una serenidad tranquila hasta una intensidad controlada como en ese momento, su cabello, de un color castaño oscuro, es espeso y algo desordenado, cayendo con un aire casual sobre su frente, enmarcando su rostro de piel clara, con un tono ligeramente bronceado que resalta sus facciones; Ethan, ahí de pie, mirándolo como si estuviera cediendo ante el capricho de un niño, con su porte relajado, con una postura que refleja una confianza natural pero sin arrogancia, era todo lo que él no era: apuesto, joven y libre, y sobre todo, no Charlie. "Tienes razón," dijo Ethan antes de salir, caminando hacia la reserva, el crujido de la puerta resonando en la silenciosa casa.

filed teeth | Sam uley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora