La reina de la noche, la diosa del vudú
Yo no podré salvarme, ¿podrás salvarte tú?
-Total, – dijo Martin, con un énfasis exagerado y con la intención de resumir los puntos expuestos – el equipo del programa decidió que sería divertido que intercambiara las zapatillas a los pretendientes para luego gravar sus reacciones.
-Pues ya ves tú que gracia puede tener eso.
Juanjo estaba sentado en su cama, apoyaba el pie lesionado encima de su muslo. Martin llevaba algunos minutos gesticulando e intentando convencerle de que no estaba robando ni hurgando en sus cosas.
El chico ahora le observaba en silencio, de pie frente a él, y Juanjo no podía parar de oír en su cabeza: No tengo problema en darte un trato especial. Quizá, si le hubiera conocido en cualquier otro lugar...
- Bueno, y dame las zapatillas – Juanjo alargó la mano y subió la mirada unos instantes.
- ¿Y tú que haces aqui?
-¿Pues qué voy a hacer? Esta es mi habitación.
-Ya, pero tan pronto,- desarrolló Martin - no teniais que volver hasta dentro de dos horas. ¿Porque volviste solo?
-¡Aah!, - Juanjo exclamó al acordarse del motivo y origen de todas sus desdichas. Bajó la mirada y volvió a centrar toda su atención en su pie.
-¿Qué pasó?
La estancia disponia de un balcón por el que se filtraba el aire y las luces de un atardecer que ya empezaba a ser noche.
-Pues estábamos en la playa, - movia la mano gesticulando en el aire, -haciendo una prueba de saltar en unas colchonetas, mientras contestábamos unas preguntas. Osea, las colchonetas como separadas y si acertábamos avanzábamos... que a ver también quien se inventó la pruebecica, - añadió en tono indignado, - y pues mientras saltaba de una colchoneta a la otra, me caí. ¡Qué vergüenza dios mío!, espero que no lo hayan gravado – se pasó la mano por el cuello, – y pues me torcí el pie, y me corté con las costuras de los inchables.
Martin avanzó hacia él y se acuclilló a su lado con la intención de observar también su herida.
-No se ve nada, - se justificó Juanjo, apartando su cuerpo hacia atrás, - el equipo médico me lo vendó.
-¿Te duele?
El tono de preocupación hizo que el maño apretara los labios. Antes de que pudiera darse cuenta, los dedos de Martin estaba deslizándose con sumo cuidado por encima del vendaje; resiguiendo los pliegues de las vendas, avanzando de manera horizontal, cuando llegó al límite del vendaje, siguió por el borde que limitaba con su piel.
-Bueno, ya esta. - dijo Juanjo, bajando el pie al suelo con brusquedad – vamos, ¿no tenias que mezclar las zapatillas?
-¿Pero te duele? - Martin insistió.
Justo en ese momento, Juanjo se alzó y sintió como el dolor aún retumbaba levemente por su pierna.
-Pues casi nada, si lo apoyo mucho, - intentaba controlar el peso que podia poner sobre la planta del pie y las zonas en las que era seguro apoyarse – nada, - añadió con el tono más convincente del que fue capaz.
Sus ojos chocaron momentáneamente con los de Martin.
-Tienes que mezclar las de Rudy con las de Carlos, no se llevan muy bien y puede ser graciosa la situación.
-Rudy es tu compañero de cuarto, ¿verdad?¿En que habitación está Carlos?
-Está con Ian en la tres, no sé que cama es de cada uno, pero la cama de Carlos debe estar llena de libretas y dibujos, asi que será facil de identificar.
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CaribeMix2000
RomanceComo cada verano, vuelve a nuestras pantallas, CaribeMixStars, el programa de citas más esperado de la temporada. Este año lo hace con unos participantes de infarto. Con nuestro adorado Martin Urrutia, como soltero de oro, esta temporada pinta ESPEC...