10. Vas a Volverme Loca

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Y al final te tendré

O sé que la razón voy a perder.




Esa mañana, mientras desayunaban, Martin le volvió a abrazar. Esta vez sin peso, de manera casi casual. Se acercó a él mientras vigilaba las tostadas y le puso los brazos alrededor del cuello. Susurró un "buenos días", apoyando la barbilla en su hombro. Juanjo llevó la mano a su cintura y cerró los ojos.

El contacto se deshizo con la misma facilidad y despreocupación con la que había llegado, dejando su piel centelleando y su cuerpo con ganas de más. Los abrazos eran normales en esa casa, pero ese pensamiento no le apaciguaba. Lo único que se repetía en su cabeza era que ahora era una de esas personas a las que Martin abrazaba.

El aire de la mañana entraba por los ventanales abiertos, y los rayos de sol iluminaban a franjas la mesa del comedor. Juanjo cogió el desayuno y las tostadas y se dirigió hacia allí.

Martin estaría de citas, y la idea de no verle hasta la noche le ponía de mal humor. Como cuando tenía que cancelar un concierto, o la discográfica no le dejaba sacar una canción, o como cuando se quedaba sin voz. Intentó sentarse tan cerca de él como le fue posible para aprovechar el poco rato que tenía.

-Os prometo que no tengo ni idea de dónde vamos - Martin aseguraba blandiendo su tostada.

-Anda ya. Seguro que a ti te lo chivan todo - Richi le picaba.

-Os juro que no.

Rudy cogió la servilleta y le limpió un trozo de pan que tenía en la mejilla.

-A mí solo me han dicho que me lleve el bañador y la bolsa de playa - siguió el vasco.

-Ojalá me hubiera tocado a mí ahora y no por la noche - se lamentó Emilio - me voy a perder las piscinas naturales.

-¡Ala! - gritó Rudy - las citas por la noche son superiores - dijo guiñándole el ojo a Martin.

-Seguro que os tienen preparado algo mejor que lo nuestro - intervino Juanjo.

-Solo con no tener que aguantarte a ti... - Ian puso los ojos en blanco.

-Por favor, no vengas - contraatacó el maño - seguro que te dejan quedarte en casa.

A los pocos minutos, Martin y Roberto se fueron a su cita. El equipo de producción se quedó en la casa y fue llamando a los demás para realizar la ronda de entrevistas. Juanjo habló sobre la excursión, la tormenta y la serpiente. También sobre sus clases de natación. Después de eso, buscó un sitio apartado, para realizar sus ejercicios vocales.




El sitio al que les llevaron era, en el mejor de los casos, rústico.

Delante de ellos había tres embalses hechos de piedra y rodeados de vegetación. Las paredes estaban cubiertas de musgo y las hojas de los árboles y otros elementos flotaban plácidamente en la superficie. Quizá no era lo que habían esperado, pero el calor apabullante les empujó a quitarse la ropa y a tirarse al agua.

Dado que iban a grabarles, habían cerrado el recinto al público y tenían todo el espacio para ellos, sin que nadie les molestara.

-Tíos, ha estado genial - Roberto había vuelto de la cita - he sentido una conexión casi mística.

-¿Qué habéis hecho? - Rudy se lavaba la cara y fingía indiferencia.

-Un taller, así textil de cosas artesanales.

CaribeMix2000Donde viven las historias. Descúbrelo ahora