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La luz del sol se filtraba suavemente a través de las cortinas, llenando la habitación con un cálido resplandor matutino. Jokirama, con apenas cuatro años, jugaba en el jardín trasero de su hogar. 

Tobirama desde la puerta que daba el jardín, observaba a su hijo con una mezcla de orgullo y ternura. A su lado, su esposo Izuna sonreía ligeramente al ver a su hijo. 

—Cada día se parece más a ti—comentó Izuna, mirando a Tobirama con una sonrisa.

Tobirama asintió, aunque su mente estaba en otro lugar. Sabía que Kagami, su alumno más prometedor, estaba por llegar. Le había dado la misión de entrenar a Jokirama ese día, puesto que Izuna se encontraba con una lesión por la última vez que entrenó a su hijo. 

Conocía bien a su alumno y con eso se refiere a los sentimientos que para nada pasan desapercibidos. Solo esperaba que ese día nada saliera mal.

Unos minutos después, Kagami llegó al jardín, puntual como siempre. Saludó respetuosamente a Tobirama e Izuna antes de dirigirse a Jokirama, quien se volteó de inmediato cuando sintió su  mirada.

—Kagami-niisan —saludó Jokirama con su usual seriedad, aunque se permitió una ligera sonrisa.

—¡Te acordaste de mí! Qué felicidad, ¿estás listo para el entrenamiento, Joki? —preguntó Kagami, sonriendo.

Jōkirama asintió con un gesto firme, pero aún así se veía en conflicto. Era claro que solo se permitía entrenar con su papá Izuna, pero Kagami no se veía como un inexperto.

Tobirama se acercó a Kagami.

—Los dejaré solos.

Kagami no pudo evitar que sus ojos se detuvieran un poco más de lo necesario en Tobirama. Había admiración, sí, pero también un anhelo que intentaba ocultar. Tobirama, consciente de la mirada, decidió mirar hacia otro lado.

—Suerte.

Después de que Tobirama e Izuna se retirasen al interior de su casa pasaron horas después para que el entrenamiento llegase a su fin. Kagami estaba empapado en sudor y Jokirama solo estaba bebiendo agua como si nada de eso le hubiese agotado.

Izuna apareció con una bandeja de té y pasteles.

—Nee. Hicieron un gran trabajo, vengan a comer.

Kagami no demoró en correr con sus últimas energías cuando escuchó la palabra comida. Joki no reaccionó igual, solo fue donde su papá para ocultarse detrás de él. 

—¡Gracias, Izuna-san! —dijo Kagami, tomando una taza de té. Sus ojos se encontraron brevemente con los de Tobirama, quién recién estaba llegando, y en ese instante, era bastante obvio lo embobado que estaba.

Izuna no tardó en darse cuenta. Con una mirada astuta, se dirigió a Kagami.

—Kagami, eres el mejor alumno de Tobirama —dijo Izuna, con un tono casual pero penetrante. —Debes admirarlo mucho como para entrenar a su hijo.

Kagami, tomado por sorpresa, sintió un nudo en la garganta.

—Admiro su dedicación y su fuerza, Izuna-san —respondió Kagami, esforzándose por mantener un tono neutral. —Es el Hokage después de todo.

Izuna asintió lentamente, pero sus ojos no dejaban de escrutar a Kagami.

—Es bueno escuchar eso —dijo Izuna, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. —Espero que siempre recuerdes el respeto y la lealtad que debes tenerle al Hokage, y a su familia.

Kagami se quedó en un inquietante silencio, mirándolo como si de verdad hubiese descubierto su secreto. Sabía que sus sentimientos por Tobirama eran un campo minado, y cada paso debía ser dado con cautela.

—Izuna-san...

—¿Pasa algo aquí?

Tobirama cortó la tensión entre ambos con esa pregunta. Kagami solo se le quedó viendo, con mirándolo desde abajo. Al mismo tiempo, Izuna alzó su mentón, mirando a ambos desde arriba.

—Solo hablábamos de Joki. —dijo Izuna, tomando a su hijo en brazos. Sin despedirse solo se retira al interior de la casa.

El albino observa como Izuna se retira, quedándose solo con Kagami. Kagami, por su parte, vuelve a mirar a Tobirama. El joven de apenas quince años es consciente de que su amor no correspondido por Tobirama seguiría siendo un secreto guardado en lo más profundo de su corazón, y de que su plan para romper el matrimonio continuaba en marcha, con cada día acercándose más a su objetivo.

Brotes de la familia Uchiha y Senju. [TobiIzu] +18.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora