15

1K 116 7
                                    

Joki caminaba por las calles de Konoha, observando de reojo cada ciertos segundos hacia atrás. Estaba molesto; odiaba que lo siguieran, especialmente los patéticos alumnos de su padre. Solo podía tolerar a Homura y a Kagami, y al primero únicamente porque hace poco recordó que era su entrenador.

Tenía diecisiete años. No era un niño para que hicieran algo por el estilo. Desde que había sido nombrado como un futuro sensei, los otros ninja eran aún más lamebotas que antes.

—¡Me sé cuidar solo, gracias! —exclamó, haciendo que todos salieran de su escondite.

—Pero, tu "madre" te dijo bien que no salieras de casa, ¡es muy peligroso andar solo por las calles! —dijo Koharu, posando sus manos en su cintura.

Ah. Sí. Estaba castigado. Había dejado a Mion esperando bajo la lluvia. Pero simplemente no quería abrirle la puerta, no era su culpa que ella no entendiese indirectas.

—No me interesa —respondió Joki, con un tono desafiante.

—Deja de ser tan idiota y vuelve a tu hogar —agregó Danzo, con una expresión severa.

—No queremos llevarte a la fuerza, Joki-kun, por favor —se acercó Kagami, sonriéndole de manera calmada.

—Si quieres ir a espiar chicas, yo te puedo acompañar —se apuntó Hiruzen, haciendo que todos lo observaran con una gotita de sudor en la sien.

—O a comer algo —sugirió Homura, tratando de suavizar la situación.

—Puedes confiar en nosotros —añadió Kagami, con una mirada sincera.

El Uchiha-Senju suspiró, acercándose más a ellos.

—Cárguenme a casa.

Si iba a tener a unos ninjas apestosos detrás de él todo el tiempo, tendría que aprovechar sus beneficios. Con una mezcla de resignación y astucia, dejó que sus seguidores lo llevaran de vuelta a casa. Mientras caminaban, Kagami se mantuvo cerca de él, en silencio.

Cuando llegaron a una esquina más tranquila, Joki se detuvo de repente, haciendo que los demás también se detuvieran.

—Kagami, ¿puedo hablar contigo a solas? —dijo Jōki, mirando al joven Uchiha con seriedad.

Los otros chicos intercambiaron miradas incómodas, pero se alejaron lo suficiente para darles espacio.

—¿Qué pasa, Joki-kun? —preguntó Kagami, su tono lleno de preocupación.

Jōki lo miró fijamente, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de emociones.

—¿Por qué siempre estás tan cerca de mi padre? —preguntó de repente, su voz apenas un susurro.

Kagami se quedó helado, sorprendido por la pregunta.

—Yo... simplemente lo respeto mucho. Es un gran ninja y un maestro increíble —respondió, tratando de mantener la calma.

—¿Es así cuando se la pasan encerrados por horas en su oficina?—insistió Jōki, sus palabras cargadas de odio.

Kagami bajó la mirada, su rostro mostrando una mezcla de vergüenza y dolor.

—No es lo tú piensas, Joki-kun...

Joki lo observó por un momento. Finalmente, asintió lentamente.

—No lo vuelvas a hacer —dijo, su tono más suave, pero aún firme.

Kagami levantó la mirada, agradecido por la comprensión de Joki.

—¿Se lo dijiste a tu papá?

—No, y no me obligues a hacerlo—dijo Jōki, girándose y comenzando a caminar de nuevo.

Kagami lo siguió, sintiendo un alivio profundo, pero al mismo un gran temor. Tendría que ser más cuidadoso de ahora en adelante.

Brotes de la familia Uchiha y Senju. [TobiIzu] +18.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora