Brotes de la familia Uchiha y Senju. [TobiIzu] +18.

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Mientras tanto, en la actual vida de Jokirama...

¿Por qué, de todos los ninjas existentes, Obito debía ser ascendido en la academia simplemente por ser hijo de Hashirama y Madara? Y, para colmo, ¿por qué tenía que sentarse justo a su lado?

—Joki, Joki, Joki, Joki, Joki, Joki...  —la voz incesante de Obito taladraba sus oídos como una aguja insistente.

—¿Qué quieres? —resopló Jōki, apenas podía disimular su irritación.

—Hola —dijo Obito con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola —intentó concentrarse en la lección. Obito, aunque tres años menor, tenía una resistencia que superaba a la suya, algo que Joki detestaba admitir.

—¿Sabías que eres mi primo favorito? —preguntó Obito con una voz juguetona.

—Y el único que tienes —respondió Jōki, rodando los ojos.

—¡Por eso! Si llegara otro, no dejaría de quererte —añadió Obito con entusiasmo infantil.

—Claro... —contestó Jōki, su tono lleno de sarcasmo.

—Joki-senpai, no me ignores —Obito puso una expresión exageradamente dulce, como una colegiala enamorada. Joki soltó un bufido de pura molestia.

La clase continuaba, pero la presencia de Obito a su lado hacía que el tiempo pareciera detenerse. Cada minuto se estiraba interminablemente, y la paciencia de Joki se desgastaba más rápido que la tiza en el pizarrón.

—¿Sabías que ayer entrené con papá? Me dijo que pronto dominaré la técnica del Mokuton —dijo Obito, sin dejar de sonreír.

—Fantástico —murmuró Joki, deseando que el profesor notara la distracción y los separara.

—Y me dijo que cuando lo logre, podremos entrenar juntos. ¿No sería genial, Joki-senpai? —Obito parecía genuinamente emocionado, lo que sólo aumentaba la irritación de Joki.

—Sí, genial —respondió Joki, mirando fijamente al frente, deseando poder desaparecer.

Lo peor de todo era que tendría que aguantarlo todo este rato, y quién sabe por cuánto tiempo más.