Brotes de la familia Uchiha y Senju. [TobiIzu] +18.

25

— ¡Hey, peque!

Escuchó como Kagami exclamaba, y se dió media vuelta, acercándose a él, saliendo de sus pensamientos por unos momentos.

Observó cómo Kagami graciosamente era más pequeño que él, siendo irónico el apodo que usaba usualmente para llamarle. Rió notando que el otro Uchiha sostenía una bandeja llena de galletas con chispas de chocolates, infladas o con demasiada masa, no sabía, solo era innecesariamente gracioso lo gruesas que eran.

— ¡Pruebalas!

Jōki formó una diminuta sonrisa en sus labios, dándole un pequeño mordisco a la galleta, comiendola muy cuidadosamente.

Hasta que, como era común, sacó algo "muy misterioso" de su boca.

— ¡Oh, Jōki, no se cómo eso llegó ahí!

El mencionado no borró su sonrisa, sintiendo como su boca se humedecia un poco con sangre.

— Vaya sorpresa, ¿No? — Dijo con la pequeña aguja entre sus dedos, negando con su cabeza, de nuevo con esos pequeños juegos.— Que bien que tuve cuidado, quién sabe que pudo haberme pasado.

— ¡Sí, que bien! ¡Espero que comas más de las galletas! Una tiene extra chocolate, tal vez tengas la fortuna de descubrirla.

— Claro que lo haré, soy un chico con suerte, ¿Recuerdas, Kagami?

Dijo mientras veía como se retiraba, sin recibir una respuesta coherente, solo un gruñido.

Kagami podía ser lo más adorable que todos quisieran, pero a puertas y ventanas cerradas, el monstruo aparecía.

Y tenía una lista infinita de maneras de deshacerse de él. Hasta el momento, no ha encontrado ninguna, porque Jōki siempre fue más inteligente que cualquiera.

Era simplemente divertido, el hecho de que Kagami trate de tener a Tobirama unica y exclusivamente para él.

El pequeño juego del cual se iba haciendo profesional, tan excitante y terrorífico a la vez.