───↱ *·˚ En su presencia, la muerte no era un final, sino un canto susurrado en el alba, una promesa de quietud en el tumulto del destino. Y así, Rochelle se convirtió en la guardiana de los pasos finales, en la sonrisa serena que acoge al alma en...
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══════Steps of the death══════
Sus cautelosos pasos resonaban en las escaleras de piedra, con cada paso y vuelta sentía la pesadez de aquellas oscuras escaleras de caracol. La oscuridad se arremolinaba en sus piernas y brazos jalándola al fondo de las escaleras. El terror la consumía con cada paso de daba; aquellos gritos de súplica aumentaban a cada segundo.
Cuando toco el fondo de las escaleras, se encontró a sí misma en un pasillo consumido por la oscuridad, con solo una puerta al final del pasillo. Las sombras jalaron de sus ropajes hacia aquella puerta al final del pasillo, con cautela se acercó a ella, cada paso sonaba más fuerte en aquel desolado pasillo. Cuando se detuvo en frente de aquella derruida puerta las sombras dejaron de jalarle la ropa, incitándola a abrir la puerta.
Su mano se extendió con cautela a la manija de la puerta. En el momento en el que las yemas de sus dedos rozaron la manija, esta se prendió en llamas y los gritos de súplica atrás de aquella puerta se dispararon al aire.
La desesperación le recorrió la columna vertebral. Sin importarle que fuera a quemarse las manos, tomo aquella manija, tratando de abrir la puerta. Tiro y jaloneo incontables veces, pero la puerta no cedía; Necesitaba ayudar a la persona del otro lado, su mente no tenía ni idea de quién o que era; pero necesitaba ayudarla.
Pronto sus gritos y sus jaloneos de desesperación se unieron a los llantos de súplica al otro lado de la puerta creando una sinfonía desgarradora que no podía parar.
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Las lágrimas recorrieron mis mejillas en el momento en el que desperté de un sobresalto.
La luz de la mañana rozaba mi cara mientras achicaba los ojos para adaptarme a ella. Los recuerdos de anoche me golpearon como a un costal de papas. Un inmortal se había llevado a mi hermana en medio de la noche debido sus supuestos crímenes en contra de los Fae.
Mis ojos recorrieron la gran cama que compartía con mis hermanas. Elain se encontraba en el centro de esta, mientras Nesta la abrazaba por la cintura; yo me encontraba en la esquina de la cama; en el lado más frio de esta, mientras mis hermanas disfrutaban del lado tibio.
Con delicadeza me senté al borde de la cama, justo en frente de la cajonera que Feyre había pintado hacía ya tiempo.
Apoye mis brazos a mis costados y me impulse para levantarme, cuando un dolor agudo me atravesó el brazo izquierdo. El zarpazo que aquella bestia me había provocado seguía fresco. Con cuidado retire el ligero vendaje que lo envolvía; Tres profundos cortes se asomaban en mi piel.
Rápidamente volví a colocar el vendaje en su lugar, aprovecharía que mis hermanas seguían envueltas por el Morfeo para ir en busca de Feyre.
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Las tablas del piso crujían con cada pasa que daba hacia la puerta, mi padre yacía junto a la chimenea todavía dormido. Si me apresuraba podría recorrer más terreno hasta el anochecer y con suerte pensarían que simplemente me había ido a cazar temprano.
Observe las marcas de garras en el piso del umbral. La puerta estaba inclinada sobre este y el frio se colaba por las pequeñas aberturas de los costados. Arrastre la puerta hacia un lado, asegurándome de no hacer ruidos que despertaran a mi padre.
Antes de que pudiera poner un pie fuera del umbral de la puerta una mano se envolvió alrededor de mi muñeca.
–¿La buscaras? –. Nesta se encontraba parada en frente de mí, su semblante serio y su espalda tan rígida como una tabla, me demostraban su descontento con la situación.
–Me necesita. –mi voz era firme, pero tenía un deje de desesperación.
Sacudí mi muñeca en un intento de zafarme del agarre de Nesta, pero ella no cedió; su agarre se hizo más fuerte.
–Estas herida. –dijo sin solar mi mano.
–¿Y desde cuando te importa? –. Su rostro estaba tan rígido como piedra y sus ojos me dirigían una mirada más fría que el mismo invierno. –Mejor preocúpate por acurrucarte con Elain.
Nesta no dijo absolutamente nada, simplemente se alejó a pasos apresurados a la habitación a donde una muy dormida Elain la esperaba.
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Salir a buscar a Feyre en invierno era más desgastante de lo que imaginaba. El frio había empezado a calarme los huesos hacía ya horas y el punzante dolor en mi brazo aumentaba a cada paso que daba hacia el muro.
Horas habían pasado desde que salí en busca de Feyre, la ventisca se hacía más fuerte mediante pasaban los minutos y se acercaba el anochecer.
Me encontraba a lo que suponía era la mitad del bosque, faltaba aproximadamente una hora para el inicio del atardecer, y yo estaba bastante lejos de mi casa.
Me detuve junto a un gran árbol cubierto de nieve. Sabía que, si no daba vuelta ahora, tendría que pasar la noche en el bosque y dadas mis condiciones físicas, no duraría ni tres horas antes de morir de hipotermia.
Miré mis botas y pensé en Feyre. Por lo menos una de nosotras dos tenía un par de botas nuevas.
Pequeñas lagrimas empezaron a bajar por mis mejillas mientras me dirigía a casa.
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Maasssss rellenooooooooo pero x Les juro q ya viene lo chido. Pero solo si votan ehhhh🫦
