XVI

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CHAPTER SIXTEEN

 ═════"Insane"═════

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═════"Insane"═════

Los últimos días habían sido mejores. Mucho mejores.

Azriel la visitaba todos los días por las tardes. Exactamente a las 6:30

A veces se quedaban hasta muy tarde hablando de cosas triviales. La ayudaba a moverse por la casa y tratar de memorizar los pasillos de esta. Pero no era suficiente.

El cantor de sombras había notado la dificultad que tenía la chica para ubicarse y usar sus sentidos correctamente; así que le propondría un corto entrenamiento.

Ella se encontraba en la terraza en la que solían encontrarse por las tardes. Llevaba un vestido de seda verde olivo acompañado de un corsé debajo de este. Le parecía apropiado para la ocasión. 

Después de unos minutos, pudo escuchar los pasos de Azriel acercándose hacia la terraza. Su cabeza se giró en dirección del cantor de sombras.

—Hola Az —. La chica le sonreía dulcemente al macho illyrio. — Me alegra que hayas venido.

Ella siempre le decía eso, era mera cortesía; pero Azriel no se perdería ni una oportunidad para visitarla.

—No me lo perdería —dijo el cantor de sombras juguetonamente.

Estos últimos días habían sido favorecedores para su amistad. Habían creado una confianza que solo ellos dos entendían. Rochelle hablaba y Azriel escuchaba; siempre escuchaba atentamente todo lo que la chica tenía que decirle, así fuera la cosa más estúpida; el la escucharía con atención. A el le costaba un poco abrirse con ella, pero le era imposible no contarle las cosas que hacía en el día. Se sentía bien y en confianza con ella como para bromear de cosas estúpidas. Como Cassian y esa vez que Rochelle le dijo florecita.

Rochelle rio suavemente.

—¿Como estuvo tu día? —pregunto la chica.

Era algo común en sus conversaciones.

—Bien. Lo de siempre —. Su voz era profunda y le mandaba escalofríos a Rochelle— Le volví a patear el trasero a Cassian en el entrenamiento —. Una pequeña sonrisa se extendió en el rostro de Azriel.

A Rochelle se le calentó el corazón ante la sonrisa de Azriel. La ceguera persistía en ella, pero había algo en su corazón, que le mostraba las hermosas sonrisas que el macho le dirigía. Oh, pero como anhelaba verlas.

Una idea paso por su mente, una que su lado racional le decía que no debía hacer, pero su corazón les pedía a gritos que lo hiciera.

Solo sería un roce.

Su mano comenzó a picar cuando extendió su mano lentamente al rostro de Azriel —que se encontraba parado a su lado. —

Cuando sus dedos rozaron la cara del cantor de sombras, una electricidad le sacudió las alas, pero no se movió, ni un centímetro. Dejando que la chica acunara su rostro con la palma de sus suaves manos.

𝔐𝔬𝔫𝔡𝔣𝔢𝔳𝔢𝔯- 𝙰𝙲𝙾𝚃𝙰𝚁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora