♯ I. Hospital

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Las cosas se habían complicado en los últimos meses

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Las cosas se habían complicado en los últimos meses.

Fueron traicionados por Graves y Los Shadows, además de casi se aniquilados por su propio general, Shepherd.

Todo por lo que trabajaron se había desmoronado obligándolos a llevar una extensa lucha donde por suerte lograron sobrevivir.

Los daños eran extenuantes, algunos de los miembros de la 1-4-1 resultaron graves después de la misión y terminaron en baja temporal para la recuperación.

Jhon Price y Simon Riley, los únicos que aún podían pararse en ambos pies se encargaron de recoger los pedazos que la batalla con los estadounidenses había dejado.

Alejandro Vargas, aliado, finalmente regresó a su recién recuperada base militar en Las Almas, México.

Había sido uno de los mayores enfrentamientos bélicos que han tenido, por ello el capitán decidió proporcionar vacaciones para su equipo.

Aunque John MacTavish y Kyle Garrick prácticamente ya contaban con vacaciones aseguradas, Ghost se negó a tomarlas.

Hace años que era miembro del SAS y abandonar su rutina para tomar unas vacaciones le parecía innecesario. Él estaba bien, no necesitaba un descanso.

Se volvió insistente. Muy insistente.

— Basta Simon, solo vete a casa ¿Por qué te cuesta tanto aceptar unas vacaciones?

— Disfruto estar aquí, lo único que haré en casa será perder el tiempo.

— Vas a recuperarte, busca un hobby, tal vez ¿Coser?

— Por favor Price, tienes que estar bromeando. Estas manos están hechas para matar, no para coser.

— Ya te dije. No te dejaré solo trabajando aquí, cómo tu capitán te ordeno que descanses, has trabajado mucho.

— Pero puedo trabajar aún más.

— Eres terco, muchacho. — Lo empujó por la espalda para salir junto con él de aquella oficina. — Si tan aburrido te pondrás entonces ve con Soap al hospital, cuídalo o algo.

— Soy militar, no médico.

— Tú sabrás qué haces.

Price ya no estaba dispuesto a seguir la discusión lo que hizo a Ghost gruñir obligado a resignarse.

Price ya no estaba dispuesto a seguir la discusión lo que hizo a Ghost gruñir obligado a resignarse

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Una larga y torturosa semana en la soledad de su departamento.

Había limpiado el polvo que se acumuló durante estos meses pero ya no tenía nada más por hacer.

De vez en cuando iba a comprar comida pues no es que fuera muy hábil para cocinar.

También se ejercitaba en la comodidad de su sala, pues el ir a trotar o hacer ejercicio en la calle quedó descartado porque las mujeres de la zona lo miraban mucho, le decían cosas y eso lo incomodaba.

Aquel día recibió un mensaje de texto de Soap, aparentemente ya le permitían usar el celular así que le confirmó la visita.

Sobre su ropa informal agregó una sudadera para poder utilizar la capucha y su pasamontañas. Aunque no usara el uniforme, el ocultar su rostro seguía siendo primordial.

No tardó mucho en llegar a la ubicación del hospital que le envió el hombre, acercándose a recepción.

— Buenos días, señor ¿En qué puedo ayudarlo?

— John MacTavish. — Dijo mirando el computador frente a la muchacha, con las manos metidas en los bolsillos sus pantalones.

— Un segundo por favor. — Clickeó la pantalla un par de veces y luego de unos minutos lo volvió a mirar. — Segundo piso, CPT-97162. Pero no puede subir con el pasamontañas puesto.

Ghost no dijo nada, solo sacó de su bolsillo el carnet de identificación militar.

— Oh, disculpe teniente, siga.

Caminó hasta las escaleras para subir a su destino, se negaba a utilizar el ascensor y tener que aguantar a la gente cerca suyo en un espacio cerrado.

Buscó con la vista el número de habitación que le indicaron y como la puerta aún estaba cerrada decidió esperar sentado afuera.

Había más gente en el lugar, algunos entrando a visita, médicos y enfermeras transitando y otro grupo de personas sentadas.

Pero su mirada se detuvo específicamente en una mujer.

Acariciaba su vientre abultado como si fuera lo más entretenido del mundo mientras esperaba sentada, sola.

Su puerta: CIE-Z340

Ella tenía puesto unos Palazzo que llevaba junto a una blusa corta, mantenía su cabello recogido y lucía limpia.

Se sorprendió a si mismo porque no era un hombre que se fijara en los detalles.

Rápidamente se puso tenso en cuanto aquella mujer lo miró.

Ninguno de los dos puso alguna expresión, solo se miraban atentamente cómo si se estuvieran analizando el uno al otro.

Su interacción fue interrumpida por la apertura de su puerta, otra embarazada abandonó la habitación junto a un hombre, visualmente su pareja. La doctora parecía decirle algo a la otra haciendo que se pusiera de pie.

La conversación fue breve pero pareció entristecerla, porque cuando la doctora volvió a entrar ella tomó su bolsa para marcharse.

Ghost se quedó mirándola sin recibir respuesta cómo antes. Tenía curiosidad.

— "Ghost" — Mencionó con un tono dudoso por el apodo una enfermera detrás de él.

La puerta del área de fisioterapia se había abierto y él no se percató antes por estar distraído.

— Aquí. — Dijo poniéndose de pie, entrando a aquel cuarto acompañado de ella.

 — Dijo poniéndose de pie, entrando a aquel cuarto acompañado de ella

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Sweetness | Simon RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora