No le gustaban las vacaciones, todo era tan aburrido cuando no estaba trabajando, lo único que hacía era visitar a Soap en el hospital. Pero constantemente coincidía con una mujer embarazada que siempre estaba sola, hasta el día en que le habló.
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Al amanecer ambos se habían levantado muy temprano. Simon la convenció de que esta vez no preparara nada para que pudiera tener tiempo de alistarse también.
La mujer ya se había puesto cinco de sus conjuntos favoritos. Su rostro estaba rojo por el esfuerzo y la frustración de que su panza hacía que ninguno le quedara como ella quería.
Amaba a su bebé pero odiaba verse mal con lo que se ponía, hasta podía decir que se sentía gorda.
Gruñó frustrada y cuando estaba a punto de rendirse y decirle al hombre que no iría, él tocó la puerta.
— __________ ¿Ya estás lista?
No pudo evitar sollozar bajo, seguro lo estaba haciendo perder el tiempo.
— ¿Estás bien? Estoy entrando. — Avisó abriendo la puerta de la habitación.
Se acercó rápido hasta ella al verla con lágrimas en los ojos.
— Hey ¿Que pasa? — La sostuvo sin fuerza por los hombros para sentarla en la cama y poniéndose a su lado. — ¿Te duele? ¿Te sientes mal?
— No, no, perdóname. — Dijo pasándose las manos por el rostro. — Es mi cuerpo, me veo mal.
— ¿Que tiene de malo tu cuerpo?
— Esta panzota. — Dijo frustrada.
— No hables así de la bebé __________.
— Lo siento. — Bajó la cabeza ante el regaño. — Es que no puedo ponerme nada. Intento verme bonita pero no puedo.
— Pero tú eres muy bonita.
— ¿Tú crees?
— Ven aquí. — Se pone de pie sosteniendo las manos de ella. — ¿Qué tal un vestido?
— Los pantalones ya no me quedan, uso vestidos todos los días.
— Yo creo que los vestidos te hacen ver muy linda. — Dijo girandose para mirar las prendas del armario.
_________ estaba encogida en su lugar, luchaba porque no se viera su sonrojo pues Ghost siempre hacía de una u otra forma que se sonrojara.
Pensaba que seguramente él estaría enojado porque llegarían tarde pero, al contrario, se encontraba eligiendo pacientemente la ropa que ella usaría.
Definitivamente de ahora en adelante ese sería su vestido favorito.
Después de un rato y que le haya dado privacidad para poder arreglarse finalmente ___________ estaba lista.
Salió a la sala al encuentro del teniente con una sonrisa de oreja a oreja.
— Así está mucho mejor. — Dijo poniendose de pie para acercarse a ella. — Eso te queda muy bien.
— Gracias Ghost.
Su sonrisa le fue contagiada. Él puso sus manos en las mejillas de la mujer para frotarlas con dulzura. Al verla cerrar los ojos por el contacto se tuvo que morder los labios.
