♯ XVI. Tú

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Durante casi cuatro días ___________ estuvo hospitalizada

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Durante casi cuatro días ___________ estuvo hospitalizada. No hubo momento en el que Ghost se apartara pero de vez en cuando mientras ella descansaba se escabullía para ver a Lyn.

Tenía una lucha interna consigo mismo pues cuando estaba frente a ella contenía su temblor y no tenía el valor para siquiera tocarla. Cómo si tuviera miedo de su presencia.

Cuando era momento de alimentarla él salía de la habitación y se quedaba rondando bobamente. El pensamiento de qué haría al llegar a casa lo atormentaba.

¿Y si ahora que nació su hija ella quería irse? ¿Sería incómodo?

Seguía divagando en sus pensamientos incluso cuando _____________ fue dada de alta. Durante todo el camino se sentía preocupada por él al verlo así pero asumió que tal vez se sentía cansado por haberla estado cuidando.

Una vez en casa ayudó a bajar todo pero sentía sus oidos sordos debido a la estática en su mente que no se percató cuando la mujer le habló.

— ¡Simon!

— ¿Eh?

— Estoy hablándote. ¿Estás bien?

— Lo siento, todo está bien, no te preocupes.

Una parte de ella estaba preocupada y otra asustada. No podía evitar tener pensamientos de que ahora que tenía una bebé era un estorbo para él. Tal vez había llegado el día donde tenía que despedirse y buscar un lugar a donde ir.

Pero dejaría que él sea quien le diga directamente que ya no quiere verla más.

Suspiró con la cabeza baja y llevó a la pequeña a la cuna que había preparado para ella con cuidado de no despertarla. Salió nuevamente a la sala para mirar al hombre quien aún estaba disociado.

— Voy a.. darme un baño.

— Está bien, ve tranquila.

Cuando la contraria asintió y desapareció por el pasillo esperó hasta escuchar la puerta del baño para ponerse de pie. Se acercó a paso lento hasta la habitación tragando grueso al tomar el picaporte.

Su mente no le permitió los segundos comunes para pensar y se adentró de inmediato.

Se maldijo a sí mismo entrar de una formar tan bruta porque despertó a la niña. Ella estaba en silencio, sus ojos solo miraban al hombre cerca suyo y eso lo hizo sentir hipnotizado.

Sentía que estaba viendo a su alma, viendo lo que él era y las cosas que hizo pero también por algún lado las cosas que estaba haciendo ahora.

Sus manos temblaron cuando se extendieron por impulso. La sostuvo en sus brazos con miedo a romperla pero con un alivio sin sentido sembrandose en su corazón.

Nunca había cargado un bebé antes, de hecho los odiaba. Pero con ella era distinto.

Boqueó cuando una sonrisa se formó en los labios de la pequeña.

Sweetness | Simon RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora