♯ VIII. Quédate

380 57 6
                                    

Su compañía era acogedora y se sentía tan bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su compañía era acogedora y se sentía tan bien.

En la televisión se reproducían videos de tips y cuidados para el embarazo y algunas anécdotas de mamás primerizas.

Se había dado cuenta de que Ghost se quedó dormido a su lado hace ya un buen rato. Tal vez a él le aburrió pero en no le pidió quitarlo y tampoco se movió de su lado.

No tocó el teléfono en ningún momento, se había dado cuenta de que intentó prestar atención a lo que se reproducía en la pantalla.

Por ello la mujer tenía una sonrisa amplia en sus labios, por la atención que sentía, aquella que él le dió en solo un día.

Lo sintió removerse a su lado, levantando el celular para observar la hora.

— Hora y media.

— ¿Cuentas cuanto tiempo duermes?

— Lo hago. No suelo dormir mucho así que hago el recuento.

— Entonces me alegra que hayas podido descansar un poco.

— ¿Te sientes cómoda? Dime cuando quieras que te lleve a casa.

Aquel comentario hizo que ella se desanimara. No por su culpa, sino porque realmente no quería regresar.

— Si es tu hora de dormir podría irme ahora.

— No pareces muy contenta por la idea.

— Es que también tengo algo de sueño.

No era cierto.

Simon podía leerla muy fácil, sobre todo porque era muy expresiva fácilmente.

— Podrías quedarte un rato más si así lo quieres.

— ¿No te molesta?

— No. Pero me gustaría que me dijeras por qué no quieres regresar a tu casa.

Las mejillas de la mujer se hicieron rojas, claro que se daría cuenta. Se sintió avergonzada por actuar de una manera tan infantil.

— Es que no quiero sentirme mal otra vez. Es casa de Andrew y es como si tuviera que vivir entre recuerdos amargos todo el tiempo.

El hombre asintió, entendía lo que ella quería decir. Y por su mente daba vueltas una idea que estuvo pensando desde que la llevó a su departamento.

No podía estar tranquilo hasta decírselo.

— Tal vez te gustaría quedarte aquí. — Ella giró hacia él con sorpresa. — Solo estaré aquí hasta que acaben mis vacaciones. Hay un cuarto extra donde puedes quedarte y podría atenderte hasta que tengas a tu hija.

— No creo que sea adecuado que me aproveche. Has sido muy bueno conmigo pero sería un abuso el que también quiera quedarme en tu casa.

— Te lo estoy proponiendo porque no me molesta.

Sweetness | Simon RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora