Amo la tierra que pisa y el aire que respira, y todo lo que toca y cada palabra que dice. Amo todas sus miradas y todos sus movimientos, me gusta todo de él, de arriba abajo.
Cumbres Borrascosas (Emily Brontë)
Izuku no fue a su presentación. Con un peso en el pecho agita sus manos con desenfreno tocando la batería. Lleva tres canciones y él no ha dejado de mirar al público buscando unos ojos verdes que no encuentra. Intenta abstraerse en el instrumento, pero no puede evitar reproducir en su cabeza una y otra vez la expresión que vio en el rostro de Izuku cuando lo besó en la fiesta. Esa imagen lo ha atormentado los últimos días, siente que ha retrocedido años y que no tendrá las mismas oportunidades que antes.
Agitado intenta retomar el control una vez terminan la canción, siente las miradas de Sero y Kirishima; sabe que están descoordinados y es culpa de él. Se le hace fácil imaginarse los reclamos una vez estén a solas. Aprieta sus palillos en sus manos hasta notar sus nudillos blancos, patea el piso buscando focalizar su atención en el presente y reflexiona que en estas condiciones lo mejor es pensar que sí está por ahí mirándolo, solo que no lo ha visto.
Suelta profundas exhalaciones y toca sus palillos para dar comienzo a la siguiente canción. Bajo la premisa de imaginar su mirada es que vuelve un poco a sí mismo. Tocan tres canciones más y en la euforia del momento, con los aplausos estridentes, los gritos de admiración y algunas prendas lanzadas, es que sonríe buscando conectar con unos ojos que no encuentra. Le llega de pronto el golpe de cansancio de los últimos días.
Tal como predijo, recibió algunos reclamos de sus amigos pero sobre todo comentarios de preocupación por su bienestar. Recuerdan con claridad el desborde emocional que tuvo en la fiesta, llegando al punto de encerrarse por horas en el baño. Camie por su lado, al ser la primera presentación en vivo que tuvo con el grupo, los felicitó y agradeció por la oportunidad. Sugirió de paso ir a tomar para celebrar, pero la mayoría no podía; se acercaba el cierre del semestre académico y por ende, una ola de evaluaciones. Aún así, ella decide ir con alguno de sus amigos.
Una vez se despide de todos, bajo una noche silenciosa Katsuki camina en dirección a su departamento. Llama a Izuku pero al igual que los últimos días, cae en buzón de voz. Se siente algo desamparado. Aún con todo el frenesí del público, la adrenalina de tocar en vivo y la presión de sus manos cansadas por el trabajo, siente que no ha sido un buen día, no al menos como pensó que sería.
Abre la puerta del departamento y es recibido por la oscuridad y el silencio de un hogar vacío. Decide no prender las luces y entra a la habitación de Izuku, sabe que está rompiendo una regla, pero le da un poco igual. Roza con sus dedos los diferentes objetos distribuidos por la habitación para guiarse hasta la lámpara que está al lado del velador, lo enciende y observa su habitación, se siente algo ajeno.
Se remonta al primer día de mudanza, donde ayudó a Izuku a desempacar sus cajas y ordenar su habitación, tenían puesta la música en aleatorio y sonó de pronto "The Night We Met" de Lord Huron. Entraba el sol por la ventana y hacía que el cabello de Izuku tuviera tonalidades amarillas, casi como si brillara, quien sonriendo saca de la caja un póster de All Might. "Mira, mira, Kacchan", le dice con tintes de una niñez renacida. "Eres un nerd, Izuku, nunca cambias", recuerda decirle para luego ayudar a pegarlo en la pared. Otra de las cosas que sacó Izuku de la caja, además de libros, fueron unos cuadros; uno donde se veían felices en su niñez al haber logrado comprar una tarjeta del superhéroe All Might, quien estaba de moda en esos años. Mientras que en la otra foto, se ven más adultos, era en su época escolar y sostenían en sus manos el diploma de egresados.
Recuerda que le dio ternura, aunque en ese momento no lo identificó como tal, que Izuku trajera esos cuadros para ponerlos en su pieza. Le ayudó a poner sus libros en la estantería sin antes limpiar cada uno de ellos con un trapo mientras Izuku ordenaba su ropa. Puede revivir claramente la sensación de paz que tenía ese día, pensando en que estaba cumpliendo su mayor anhelo; no volver a alejarse de él. Con ilusión e embriagado de felicidad, jamás hubiera imaginado que las cosas tomaran este camino.
Se recuesta en la cama de Izuku buscando su olor y cobijo. Toca con la palma de su mano izquierda el libro que está sobre el velador, tiene una textura porosa y seca. Lo toma y lee el título; es "Cumbres Borrascosas" de Emily Brontë, abre sus páginas y lo huele; evoca el rostro de Izuku con aquella acción, lo que trae consigo una punzada de dolor en su pecho. Le entran ganas de llorar.
Decide esperarlo en su habitación, sabe que Izuku llega en algún momento de la noche; se ha dado cuenta de que algunos objetos han sido movidos o cambiados de posición. Comienza a leer el libro que tomó para hacer que el tiempo avance más rápido. Mediante se va adentrando en la historia, no puede evitar sentirse reflejado en Heathcliff, el protagonista huraño, detestable y obsesionado con el amor de su vida. Alguien que se le dificultan las relaciones humanas y las emociones. Espera que su vida no termine como en la tragedia del libro, aunque piensa que si Izuku muriera, él también haría lo que fuera por volver con él. No obstante, se le retuerce el estómago de solo pensarlo.
Pasa sus dedos sobre las letras resultandole asombroso que alguien de otra época pudiera describir tan bien como se siente en este momento. "Dos palabras abarcarían mi vida: muerte e infierno; porque mi vida, después de perderla a ella, sería un infierno". No concibe una vida sin Izuku, siempre ha estado a su lado, aún cuando él le daba todas las razones para irse u odiarlo. Ha sido la persona que más ha conocido su alma y con quien aprendió del amor.
Quiere disculparse por lo sucedido en la fiesta, necesitaba hacerlo y volver a su normalidad con Izuku en su vida. Apaga la lámpara y trae el libro hacia su pecho. Allí, abrazado a su único consuelo en la penumbra de la noche, espera anhelante al dueño de su felicidad.
No recuerda en qué momento se durmió, pero despertó con el sonido de la voz de Izuku preguntando qué hace ahí. La luz de de un auto se filtra por la ventana permitiendo ver los rasgos oscurecidos de él por un breve instante. "Te extrañé". Logra articular dentro del abanico de emociones que despertaron una vez se dio cuenta de que estaba ahí, después de días sin verlo.
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Hola <3
En caso de que haya resultado confuso que se hable de un beso que no leyeron, es real gvrkgtrj no está en el capítulo de la fiesta, es lo que pasó posterior a que Izuku saliera de la habitación con Shoto y que Katsuki comenzara a tomar <3
Espero sus impresiones <3
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Belleza // Bakudeku
FanfictionIzuku Midoriya y Katsuki Bakugo llevan toda su vida teniendo dificultades para mantener una relación sana. Con un historial de bullying y varios problemas de comunicación, es que estos amigos se embarcan en un viaje de autodescubrimiento intentado r...