A week -JOE JONAS-

four

Joe's POV

—Recuerda comportarte Joe, ahí viene -me dijo Phil mientras miraba a las chicas que estaban a mi espalda.

Me voltee a ver y debo admitir que quedé impresionado, una castaña de estatura mediana, complexión delgada -y de bastante buen cuerpo la verdad- se encontraba al lado de Sarah, sus ojos eran cafés y los rasgos de su rostro estaban distribuidos a la perfección, llevaba un maquillaje natural y una sonrisa nerviosa adornaba su cara.

—Hailey te presento a Joe, Joe ella es Hailey, la ganadora del concurso -dijo Phil.

—Hola Hailey, un gusto conocerte finalmente -me acerqué a saludarla y en cuanto dejé un beso en su mejilla sentí su perfume dulce. Exquisito.

—Lo mismo digo -dijo nerviosa mientras ponía una mano en mi brazo por un leve segundo.

—Bueno chicos, ambos ya recibieron las instrucciones, luego del almuerzo vendrán un par de camarógrafos a hacer algunas tomas pero nada muy largo, ahora los dejaremos almorzar, Hailey un gusto conocerte, nos vemos más tarde.

—Gracias Phil -le sonrió y luego ambos desaparecieron dejándonos a solas.

Vamos Joe, ¿Qué tan difícil puede ser?

Hailey's POV

LA PUTA MADRE ESTE HOMBRE ME IBA A MATAR. Apenas lo vi sentí que se me salía el alma del cuerpo y cuando se acercó a saludarme y puso su mano en la piel desnuda de mi cintura por un segundo dejé de respirar.

—¿Te parece si nos sentamos? -me dijo.

—Claro.

En cuanto ambos estuvimos sentados un garzón se acercó a entregarnos la carta.

—¿Qué les ofrezco de beber?

—¿Hailey? -me miró. DIOS ME MIRÓ.

—Una limonada de menta por favor.

—Para mí un jugo de frutilla.

—Porsupuesto, en cuanto tengan claro su pedido pueden llamarme, con permiso.

—Muchas gracias -le sonreí al camarero antes de que se retirara.

—¿Qué tal estuvo el viaje? -me preguntó mientras se echaba para atrás.

—Un poco largo debo admitir, hace tiempo que no tomaba este tipo de vuelos.

—¿Enserio? ¿De dónde vienes?

—Nueva York, no es tanto, pero la poca costumbre supongo que me afectó.

—Pero no luces para nada cansada, al contrario, te veo muy enérgica -ambos reímos.

—Los nervios supongo -el río nuevamente- ¿Y tú? ¿Tuviste que viajar mucho para llegar hasta aquí?

—No en realidad, el hotel queda a una media hora de mi casa así que básicamente es como ir al centro comercial.

—Oh genial, ¿Y cómo es vivir en Los Ángeles?

Así comenzamos a entablar una conversación que salió bastante fluida, al pasar los minutos dejé de sentirme nerviosa y tal y como dijo Sarah, se sentía como estar hablando con un amigo de años.