yg ★

Halloween Party

Slow Down

Yeonjun estaba drogado, debía de admitirlo. Todo su cuerpo ardía como si se estuviera quemando por dentro; pequeñas gotas de sudor bajaban por su frente y aunque estuviera completamente excitado, se sentía lejos de la realidad, en un sueño lejano que le llenaba las entrañas.

De repente cayó en la realidad cuando la droga dejó de hacer efecto en su sistema, no tenía ni idea de lo que había ingerido y esperaba que nadie en aquella fiesta reconociera su rostro, a pesar de estar cubierto por maquillaje blanco. Contempló un rato el desgastado techo y fijó su vista en la hermosa mujer que saltaba desesperadamente sobre su polla, agarrando sus pechos y apretando sus pezones. Él no se iba a venir así de sencillo y ella lo sabía. Lo tomo desprevenido en el momento en que la droga lo llevó a la cima, pero para ese pequeño segundo, la mayor parte de su excitación se había ido.

Ella beso su cuello y Yeonjun simplemente no pudo encontrar las palabras para detenerla, se dejó hacer para que ella llegará a su orgasmo; uno que llegó segundos después, luego de que él la tomará de sus caderas para evitar que cayera sobre su espalda. Al terminar, Yeonjun dejó el cuerpo inconsciente de la chica a un lado y estuvo dispuesto a irse del recinto, pero una reconocida cabellera castaña llamó completamente su atención.

Buscó su teléfono a tientas en los bolsillos de su pantalón y al encontrarlo y ver sus notificaciones, sabía que estaba perdido. En total eran 12 llamadas perdidas de su manager y unas cuantas de Soobin, pero él ya se encontraba evitando el montón de llamadas y buscando la invitación de la fiesta de Halloween y la lista de invitados que vendrían. No le importaba el seguro regaño de ambas personas, pero necesitaba saber si de verdad él se encontraba ahí.

Choi BeomGyu.

Suspiró y mordió su labio. Su cerebro inmediatamente conectó cables y supo que no se encontraba en cualquier lugar, estaba en la fiesta de Halloween de un amigo cercano, dónde él era el invitado especial al recibir semejante cantidad de premios en una sola noche.

Yeonjun intentaba recordar cómo había llegado a drogarse en el colchón desgastado de la casa, pero sabía que no era el único en ese estado cuando le echo un recorrido con la mirada de manera rápida al lugar. A lo lejos reconoció distintas cabelleras; algunas besando o chupando pollas, otras teniendo sexo en la cocina y unas cuantas tiradas en el piso, completamente inconscientes. De repente se sintió orgulloso de sí mismo al no caer en un estado de inconsciencia, solamente veía las paredes pintadas de un intenso rojo.

—¿Yeonjun? —una pequeña voz le susurró al oído, pero Yeonjun sabía que la persona no le había susurrado al oído, pues estaba enfrente de él, mirándole con el ceño fruncido.

—¡Gyunnie! ¡Amor! —Yeonjun rápidamente se levantó para cargar a su novio, abrazando su cuerpo y sintiendo el alivió que había perdido.

—Joder Yeonjun —dijo BeomGyu, separando su pecho del de Yeonjun para mirarle a los ojos—. ¿Por qué mierda estás aquí? ¿Te drogaste? ¡Ya hemos hablado de esto, Choi!

Yeonjun negó repetidas veces, acariciando la cintura de BeomGyu. Fijó sus ojos en los labios carnosos de BeomGyu y toda aquella excitación que había perdido con la chica, había vuelto al ver a su sexy novio enojado.

—Amor... yo...

—No me digas así, Choi —susurro—. Te recuerdo que tú y yo ya no somos nada.

Y justo en ese preciso instante, Yeonjun recordó la verdadera razón por la que se encontraba drogado. Él y BeomGyu habían terminado hace unos meses y se sentía tan deprimido que su única consolación para olvidar el fuerte despecho de su corazón fue drogarse y alcoholizarse en fiestas clandestinas o en su propio hogar.