A Horror Movie

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Los besos se elevaron a tal grado en dónde la saliva se escurría de sus labios y cuellos. Yeonjun amasa los glúteos de BeomGyu, apretándolos a su antojo y cada cierto tiempo azotaba el derecho.

BeomGyu gemía en su boca y jalaba los pequeños vellos de pelo de su cuello. Sus dedos atraparon los bordes de la camisa de Yeonjun, intentando quitarla de su cuerpo, pero sus movimientos se detuvieron cuando el timbre del apartamento sonó anunciando la llegada de sus amigos.

Rápidamente acomodaron sus prendas, Yeonjun acomodo y tapó con su camiseta el enorme bulto prominente de su pantalón mientras BeomGyu acomodaba la larga camisa que cubría sus muslos. Corrió a la puerta y con una dulce sonrisa, le dio la bienvenida a los dos pares de ojos que lo miraron expectantes.

Su aspecto no era el mejor, él lo sabía; tenía el cabello revuelto y llevaba sólo dos prendas cubriendo su cuerpo. Sus amigos parecieron notarlo al segundo, pues a lo que él creía, el enorme chupón de su cuello delataba lo que estaba haciendo con su novio. Sin embargo, tanto Soobin como TaeHyun, prefirieron callar y pasar adelante.

—¡Hey! No esperaba verlos tan temprano. —Yeonjun fijó sus ojos en el reloj de su muñeca. No estaba totalmente seguro de que hora era—. Tomen asiento.

TaeHyun soltó la mano de Soobin y dio una pequeña palmada en el hombro de Yeonjun.

—Seguro no esperabas vernos por aquí, amigo. Son las tres en punto —dijo TaeHyun, señalando con el mentón el bulto ocultó detrás de la camiseta.

Soobin carcajeo, recibiendo la taza de té que un muy sonrojado BeomGyu le ofrecía. Yeonjun simplemente se acercó con las orejas rojas y palmeó el muslo de BeomGyu.

Los cuatro tomaron asiento, comentando de sus propias vidas pues hace semanas que no se veían. BeomGyu, quien estaba sentado en el regazo de Yeonjun movía con disimulo sus caderas, recibiendo a cambio apretones en su muslo y caderas.

BeomGyu rogaba que los dos chicos frente a él no se dieran cuenta, pero la mirada inquisitiva de Soobin parecía lo contrario.

—Oh sí, se me había olvidado —dijo Soobin de repente —. BeomGyu, he visto el auto de tus padres por aquí cerca y tú más que nadie sabe las visitas inesperadas de ambos. No me sorprendería que toquen la puerta en cualquier momento, así que, como buenos mejores amigos, los cubriremos para que sacien sus ganas antes de que lleguen.

TaeHyun asintió.

—Estoy cansado de ver cómo frotas tú trasero encima del miembro de Yeonjun. Ya váyanse y cojan antes de que lleguen.

Yeonjun sin perder el tiempo, cargó el cuerpo sorprendido de BeomGyu hasta su habitación.

—¿En serio acaba de pasar esto? —pregunto BeomGyu.

—Al parecer sí, pero no hay que perder tiempo, Gyunnie. Me has dejado demasiado caliente.

Yeonjun conectó sus labios y nuevamente volvieron a comer los labios del otro. No esperaron más para quitar las pocas prendas del otro y cuando cayeron en la cama, BeomGyu ya estaba en cuatro siendo penetrado por dos de los robustos dedos de Yeonjun. Aunque quisiera callar sus propios gemidos, él sabe que siempre ha sido revoltoso a la hora de tener sexo y espera que a Soobin y TaeHyun no les molesté.

Yeonjun sabiendo que tienen el tiempo contado, saca sus dedos y los reemplaza con su pene. BeomGyu gime por la nueva intromisión repentina y le pide unos segundos a Yeonjun pasa acostumbrarse.

Cuando lo hace, Yeonjun inmediatamente roza su próstata, sacándole un grito y arañando las sábanas bajo su cuerpo.

Mientras tanto, Soobin y TaeHyun se entretenían viendo una película de terror en un intento por ignorar el sonido de besos y estocadas. Soobin estaba al borde de las lágrimas cuando el timbre del apartamento sonó y ambos se miraron con pánico.

—Yo abro —dijo TaeHyun —. Tú busca un trapo y algo para lavar, tenemos que distraerlos.

Soobin no comprendía del todo el plan de su novio y sin cuestionar busco los elementos mientras TaeHyun abría y recibía a los padres de BeomGyu.

—¡Oh TaeHyunnie! Hace tanto no te veía —La madre de BeomGyu apresaba con sus brazos a TaeHyun.

—También la he extrañado señora Choi. Pero en estos momentos estamos limpiando el apartamento.

El señor Choi frunció el ceño, mirando para todos lados en busca de su hijo.

—¿Y BeomGyu? —pregunto —. No lo veo por ningún lado, tampoco veo a Yeonjun.

Soobin observó el rostro sereno de su novio con pánico. ¿Cómo podía estar tan tranquilo?

—Se fueron hace unos minutos por más cosas de limpieza. Saben cómo es Yeonjun respecto a eso.

Un enorme grito proveniente de la película hizo que la señora Choi saltara en su lugar y observara la cinta con terror, y Soobin agradecía infinitamente que la música tétrica opacara un poco los pequeños gritos de BeomGyu.

—Es verdad, es lo que más me gusta de Yeonjun. Nuestro Gyunnie se consiguió un excelente novio —murmuró la señora Choi, sonriendo ampliamente ante la mención de su yerno—. Esperaremos entonces.

Cuando el primer agudo gemido inundó el silencio, TaeHyun tomó el trapo junto al alcohol y fingió limpiar uno de los espejos de la sala. Soobin siguió los movimientos de TaeHyun y por cada gemido de BeomGyu, ambos fingían limpiar espejos y muebles, simulando el sonido que se crea a la fricción del trapo con el objeto.

—Esos espejos hacen mucho ruido, le diré a BeomGyu que los cambien. ¿no es mejor? —dijo el señor Choi.

TaeHyun asintió frenéticamente, rogando que ambos padres decidieran dejar de esperar y se fueran.

Los segundos se hicieron eternos y cuando los gemidos se apaciguaron, TaeHyun dejó de limpiar y le mandó una seña de labios a Soobin, quién acató la orden rápidamente.

«Sube arriba y detenlos antes de que bajen».

Al llegar a la habitación de Yeonjun y BeomGyu, Soobin respiró profundamente, deseando no encontrarlos desnudos o en una posición comprometedora. Y como si el destino no hubiera escuchado sus ruegos, al abrir la puerta encontró la espalda desnuda de BeomGyu y el torso de Yeonjun a la vista.

Ninguno se percató de la mirada asqueada de Soobin y con un carraspeó llamó la atención de ambos.

—¡Mierda! —grito Yeonjun, tapando ambos cuerpos.

—¡Cállate, imbécil! —susurro—. Tus suegros están abajo, Choi. ¡Y no saben todo lo que hemos hecho para que no sospechen, par de calenturientos! ¡Nos deben una!

BeomGyu aguardó su rostro entre sus brazos y murmuró unas pequeñas disculpas, que, si no fuera por el silencio de la habitación, Soobin no las habría escuchado.

—Ni se les ocurra bajar hasta que se vayan —Al terminar, Soobin cerró la puerta con fuerza y nuevamente bajó las escaleras, formulando una rápida respuesta a la pregunta de la señora Choi.

Los minutos pasaron y cuando ambas personas mayores decidieron venir otro día, Soobin y TaeHyun soltaron suspiros agotados.

—Me la van a pagar.

Soobin estuvo de acuerdo con su novio. Pausando segundos después la película.

«Oh, claro que nos la van a pagar».




Algo suave como para empezar. 


Dear

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