Desenlace mágico

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P.O.V: Emma Swan

El cantar de los pájaros mañaneros de Storybrooke me despierta de la mejor manera posible. Ya echaba de menos dar la bienvenida al día con algo de luz solar y el silbido de los ruiseñores matutinos. Me extiendo en la cama para estirar mis músculos de toda la noche, al tiempo que bostezo sonoramente y aprecio el pequeño rayo de Sol que se ha colado por las cortinas de este dormitorio y que ha impactado directamente contra mis párpados, dándome los buenos días.

El calor de un cuerpo sobre el mío me obliga a frotarme los ojos y descender la vista hacia abajo. Una bellísima morena, completamente desnuda, se encuentra acurrucada contra mi cuerpo. Sus piernas entrelazadas con las mías, su calurosa respiración sobre mi estómago y sus manos aferradas a mi cuerpo. Regina se ve absolutamente resplandeciente. Los rizos azabaches caen de forma desordenada sobre sus hombros, sus párpados descansan apaciblemente y sus carnosos labios escarlata están ligeramente entreabiertos. Hermosa. Total y absolutamente hermosa.

Al cabo de unos cortos cinco minutos, la luz que se cuela por la ventana la alcanza a ella también. La alcaldesa se mueve incómoda sobre mí y se cubre los ojos con sus manos, emitiendo adorables gruñidos somnolientos que no son, en realidad, ninguna palabra ni oración coherentes. Acaricio su brazo para despertarla lentamente. Verla de esta forma solo me hace pensar que podría quedarme aquí observándola toda mi vida.

"Buenos días, bella durmiente"

Regina abre los ojos muy despacio y me mira con una gran sonrisa en el rostro, dado que ya la he llamado de esa forma en otras ocasiones y sé que le ha gustado.

"¿Va a ser ese tu nuevo eslogan?" pregunta coqueta, pero con la voz ronca.

"Si me prometes que siempre vas a despertar en mis brazos, por supuesto"

La alcaldesa sonríe todavía más y se incorpora para darme un beso en los labios.

"Buenos días, mi amor" responde.

Sí, definitivamente estoy en el paraíso. Regina abre la boca para hablar de nuevo, pero yo no se lo permito. Antes de que ningún sonido escape por su garganta, atrapo su boca con la mía y nuestros labios se degustan nuevamente. Ella cede a mis caricias y permite que mi lengua se cuele en el interior de su boca para saborearla de buena mañana. Se acabó. No sé cómo he sobrevivido antes sin esto, pero ya no concibo mi vida sin despertar cada mañana con los besos de Regina Mills.

El sonido de los pájaros me desconcierta. Eran tiernos en un principio, pero ahora se están volviendo molestos. Espera, eso no son los ruiseñores de hace un rato. Mierda... ¡Es una notificación!

"Un segundo" la alcaldesa se separa de mí para coger su teléfono, dado que es el suyo el que nos ha alertado de la entrada de un mensaje.

"No, déjalo, por favor" sujeto su rostro y lo redirijo al mío. "No será importante"

Regina ríe contra mis labios y continúa besándome. Sin embargo, los putos pájaros a los que empiezo a odiar vuelven a sonar.

"Emma..." la alcaldesa retrocede de nuevo y pone la palma de su mano contra mi pecho para que no me acerque otra vez.

"De acuerdo" refunfuño cual niña pequeña, con un pronunciado puchero en el semblante.

"Solo será un momento. Te recuerdo que Henry no está con nosotras, podría ser importante" la morena recoge su móvil, el cual descansaba sobre su mesita de noche, y lee interiormente los mensajes que ha recibido. "Ay madre..."

"¡¿Qué?!" pregunto impaciente.

No me digas eso y te quedes callada, joder. ¿Qué pasa? ¿Explota Storybrooke de nuevo? ¿Se han vuelto a llevar a Henry? ¿La sombra de Pan se ha liberado? ¡¿Qué, mujer?!

Más allá de Storybrooke [SwanQueen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora