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Richard llegó a la ciudad natal de Andrea de sorpresa, con un gran osito de peluche en brazos y una sonrisa en el rostro. Estaba emocionado de verla y celebrar su cumpleaños número 18.

Andrea abrió la puerta y se sorprendió al ver a Richard parado allí, con el osito de peluche y una mirada amorosa.

—¡Richard! ¿Qué haces aquí?— preguntó Andrea con una sonrisa.

—Quería sorprenderte en tu cumpleaños— respondió Richard, entregándole el osito de peluche. —Feliz cumpleaños, mi amor—.

Andrea abrazó el osito de peluche y se lanzó a los brazos de Richard. —Te amo—, dijo, besándolo en la mejilla.

Pasaron el día juntos, disfrutando de la ciudad y de cada otro. Fue un día perfecto, lleno de risas y amor.

Por la noche, Richard llevó a Andrea a un restaurante romántico y le dio un regalo especial, un collar con una pequeña llave.

—¿Qué significa?— preguntó Andrea, intrigada.

—La llave es para abrir el corazón— respondió Richard. —Quiero que sepas que mi corazón es tuyo, para siempre—.

Andrea se conmovió y besó a Richard. —Te amo— dijo, con lágrimas en los ojos.

Después del restaurante, Richard y Andrea decidieron dar un paseo por el parque. La noche estaba fresca y clara, y las estrellas brillaban en el cielo. Caminaron de la mano, disfrutando del silencio y la compañía del otro.

—Me encanta estar contigo— dijo Andrea, apoyando su cabeza en el hombro de Richard.

—Yo también— respondió Richard, abrazándola. —No quiero perderte nunca—.

Andrea sonrió y se acercó a él. —No me perderás— dijo. —Estoy aquí para siempre—.

Richard se sintió feliz y aliviado. Sabía que Andrea era la persona con la que quería pasar el resto de su vida.

Después del paseo, Richard llevó a Andrea a su casa. Se despidieron con un beso y una promesa de verse al día siguiente.

—Te amo— dijo Richard.

—Yo también— respondió Andrea.

Y así, se separaron, con el corazón lleno de amor y felicidad.

Pero, como sabemos, la vida puede ser impredecible. Y en el futuro, Richard y Andrea enfrentarían desafíos que pondrían a prueba su amor. Pero por ahora, todo era perfecto.

Mi Vecino - Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora