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Un día, Richard le propuso a Andrea una idea:

—¿Qué tal si empezamos a planificar un futuro juntos? Podríamos empezar a buscar un apartamento, tal vez incluso hablar de comprar una casa algún día—.

Andrea se sorprendió, pero se sintió emocionada. —Me encantaría— respondió. —Quiero pasar el resto de mi vida contigo—.

Richard sonrió y la abrazó. —Yo también quiero pasar el resto de mi vida contigo— dijo.

Empezaron a buscar un apartamento juntos, y pronto encontraron uno perfecto. Era acogedor y luminoso, con una vista hermosa de la ciudad. Mientras estaban mudándose, Andrea se dio cuenta de lo feliz que era.

—Esto es lo que siempre quise— dijo, mirando a Richard. —Estoy tan agradecida de tenerte en mi vida—.

Richard sonrió y la abrazó. —Yo también estoy agradecido— dijo. —Te amo—. Andrea se rió y lo abrazó. —Yo también te amo— respondió.

Después de mudarse, Andrea y Richard disfrutaron de su nueva vida juntos. Pasaban sus días explorando la ciudad, probando nuevos restaurantes y disfrutando de la compañía del otro. Sabían que su amor era fuerte y que podían superar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.

Un fin de semana, Richard planeó una sorpresa para Andrea. La llevó a un restaurante elegante en el centro de la ciudad, donde reservó una mesa con vista a la ciudad. Andrea se sintió emocionada y agradecida por el gesto.

Mientras cenaban, Richard le habló a Andrea sobre sus sueños y aspiraciones. Le dijo que quería viajar por el mundo con ella, explorar nuevos lugares y experimentar nuevas culturas. Andrea se sintió inspirada por sus palabras y le dijo que estaba lista para acompañarlo en todas sus aventuras.

Después de cenar, Richard la llevó a un lugar especial. Era un jardín secreto en el corazón de la ciudad, lleno de flores y árboles. Andrea se sintió encantada por la belleza del lugar.

Richard la tomó de la mano y la llevó a un banco en el centro del jardín. Se sentaron juntos y miraron las estrellas. Richard le dijo a Andrea que la amaba más que nada en el mundo y que quería pasar el resto de su vida con ella.

Andrea se sintió conmovida por sus palabras y le dijo que sentía lo mismo. Se abrazaron y se besaron bajo las estrellas, sabiendo que su amor era fuerte y verdadero.

Después de su romántica noche en el jardín secreto, Andrea y Richard decidieron planificar un viaje juntos. Querían explorar un nuevo lugar y disfrutar de la aventura.

Después de mucho pensar, decidieron ir a París, la ciudad del amor. Estaban emocionados de ver la Torre Eiffel, el Louvre y disfrutar de la deliciosa comida francesa.

Cuando llegaron a París, se sintieron encantados por la belleza de la ciudad. Pasearon por las calles empedradas, visitaron los museos y se sentaron en cafés para disfrutar del ambiente.

Un día, mientras paseaban por el río Sena, Richard se detuvo y miró a Andrea.

—Quiero que sepas que eres la persona más importante en mi vida— dijo. —Te amo más que nada en el mundo—.

Andrea se sintió conmovida por sus palabras y le respondió: —Yo también te amo, Richard. Eres mi alma gemela—.

En ese momento, Richard sacó un pequeño estuche de su bolsillo y se arrodilló frente a Andrea.

—¿Quieres casarte conmigo?— preguntó.

Andrea se sorprendió y se sintió emocionada. —¡Sí, sí, sí!— respondió.

Richard se puso la sortija en su dedo y se abrazaron, sabiendo que su amor duraría para siempre.

Mi Vecino - Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora