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Kalindi tenía 19 años y estaba en su primer año de trabajo. Un día, en una fiesta con amigos, conoció a una chica llamada Sahara. Era una chica guapa y divertida, con ojos verdes y cabello negro azabache. Kalindi se sintió atraída por ella de inmediato.

Comenzaron a salir juntas y Kalindi se enamoró. Pero cuando le presentó a Sahara a sus padres, Richard se puso celoso. No le gustaba la idea de que su hija estuviera con una chica que no conocía bien

—No me gusta ese chica— le dijo Richard a Andrea. —Es demasiado mayor para ella y no me parece confiable—.

Andrea trató de calmarlo, pero Richard estaba decidido a proteger a su hija. Comenzó a hacer preguntas a Kalindi sobre Sahara, y ella se sintió incómoda.

—Papá, confío en mí misma— le dijo Kalindi. - Puedo tomar mis propias decisiones.

Pero Richard no se rindió. Siguió investigando sobre Sahara y finalmente descubrió algo que lo hizo enfurecer.

—Kalindi, no puedes estar con esa  chica— le dijo Richard, furioso. —No es bueno para ti—.

Kalindi se sintió atrapada entre su amor por Sahara y la preocupación de su padre.

Kalindi se sintió confundida y frustrada con su padre. No entendía por qué se oponía tanto a su relación con Sahara.

—Mamá, ¿por qué papá es tan estricto conmigo?— le preguntó Kalindi a Andrea.

Andrea suspiró y se sentó junto a su hija.

—Kalindi, cuando tu padre y yo nos conocimos, yo tenía 17 años y él 24— comenzó a explicar.

—¿Qué? ¡Eso es una gran diferencia de edad!— exclamó Kalindi.

—Sí, lo sé— continuó Andrea. —Pero tu abuelo se oponía a nuestra relación por la misma razón que tu padre se opone a la tuya con Sahara. Pensaba que Richard era demasiado mayor para mí y que no era bueno para mí—.

—¿Y qué pasó?— preguntó Kalindi, curiosa.

-—Bueno, tu padre y yo nos enamoramos y nos mantuvimos firmes en nuestra relación— dijo Andrea. —Y mira, hemos estado juntos por muchos años—.

Kalindi pensó en esto por un momento.

—Entonces, ¿estás diciendo que papá es hipócrita?— preguntó.

Andrea sonrió.

—No exactamente, cariño. Solo que a veces los padres podemos ser un poco protectores y olvidarnos de que nuestros hijos pueden tomar sus propias decisiones—.

Kalindi asintió, entendiendo.

—Gracias, mamá. Creo que necesito hablar con papá sobre esto—.

Andrea asintió y abrazó a su hija.

—Estoy aquí para ti, cariño. Siempre—.

Kalindi se dirigió a la sala donde Richard estaba sentado, viendo televisión. Andrea la siguió, lista para intervenir si era necesario.

—Papá, necesito hablar contigo - dijo Kalindi, sentándose junto a él.

- ¿Qué pasa, cariño?— preguntó Richard, apagando el televisor.

—Mamá me contó sobre cuando ustedes se conocieron— comenzó Kalindi. —Y cómo abuelo se oponía a su relación por la diferencia de edad—.

Richard se sorprendió un poco, pero asintió.

-—Sí, eso es cierto— dijo.

—Entiendo que te preocupes por mí, papá - continuó Kalindi.— Pero Sahara es una buena persona y me hace feliz. Y mamá me dijo que tú también fuiste joven una vez y que entendiste lo que era enamorarse—.

Richard miró a Andrea, que estaba sonriendo y asintiendo.

—Sí, cariño— dijo Richard. —Tienes razón. Me comporté como un hipócrita. Lo siento, pero sabes que eres mi primera hija y quiero protegerte—.

Kalindi se abrazó a su padre.

—Gracias, papá— dijo. — yo te entiendo papá cualquier padre haría eso por su hija pero tienes que entender que yo también tengo que decidir en vida—.

Richard se abrazó a su hija y miró a Andrea.

—Gracias por ayudarla a entender, mi amor— le dijo.

Andrea sonrió y se unió al abrazo.

—Estamos en esto juntos, siempre— dijo.

Y así, la familia se abrazó, unida y feliz, aceptando que el amor puede venir en diferentes formas y edades.

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⏰ Última actualización: Aug 11 ⏰

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Mi Vecino - Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora