Capítulo 33: La guerra de los postres

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- ¿Toni era necesario regalarle una moto a la niña? - la famosa ceja Blossom aparecía en la fiesta.

- Es cómo la mía amor, nada más que más pequeña - se defendió - Además si fuera por Nikki le hubiéramos regalado una estúpida cocinita ¿Te imaginas? jajaja- Ay morena, morena si no te entierra Beth te entierras sola. - ¡Auchhh! - Verónica que estaba del otro lado de la morena alcanzó a pegarle un codazo - ¿Por qué me pegas? - miró a la latina que a su vez estaba mirando a Tania. Cuando Toni miró a la novia de Matthew, pudo notar una espuma blanca que le salía de la boca - Hola Tania no te había visto - saludó inocentemente pero la mujer no le contestó, al contrario seguía mirándola como si se la quisiera comérsela cruda - ¿Qué le pasa a la perra? - le preguntó susurrando a la latina.

- Ella le regaló una cocinita - lo dijo tan bajo que la morena no lo escuchó.

- ¿Qué? - volvió a preguntar.

- Tania... Le regaló... Una... Cocinita - le repitió palabra por palabra.

- Amor - Toni se dirigía a su novia esta vez - creo que a Verónica le pasa algo - le susurró.

- Lo que te quiere decir es que ¡YO LE REGALÉ UNA COCINITA! - la perra no se perdía una.

- ¿Pero tú estás loca, drogada o que? - La audiencia estalló de risa - Si la niña sabe cocinar perfectamente... El otro día preparamos unos tacos para morirse ¿O no amor? - Entre la mirada endemoniada de Tania y la mirada asesina de Cheryl, la deportista estaba liquidada. "Finish him" dirían en Mortal Kombat.

Por si fuera poco en ese momento Bella se acercó a Beth que le estaba mostrando a todos sus amigos la mini moto - ¡GUAAUU! ¡Que bueno! - parece que la moto era un imán como Puppy.

Beth miró la reacción de su amigovia y recordó "Lección número 52: lo que a una damisela le gusta, no se cuestiona, se da". La pequeña sonrío pícaramente y bajándose de la moto, le tendió la mano a la otra niña - ¿Quieres probarla? Yo te ayudo a subir - ofreció.

- BUENO, BUENO PORQUE NO SEGUIMOS CON LA FIESTA - Cheryl alcanzó a separar a las dos niñas - Coach Sylvester - se dirigió la grupo de jugadoras - ubíquense donde quieran que ya mismo les mando gente que las atienda.

-¿Podemos ir al trampolín? - seguro que fue Nikki.

- Si, si Nikki pueden hacer lo que quieran - aseguró la fotógrafa.

- NO SE TE OCURRA TOCAR MIS TARTAS - le advirtió Verónica a la suplente antes de que varias jugadoras salieran como niñas desesperadas hacia el trampolín.

- Cheryl - Toni se acercaba a su novia, después de haber visto la escena - le cortaste el mambo al cangurito. Ya casi la tenía sólo le faltaba... - Ups Toni no se si te salvas de esta.

- ¡Ya mismo a la cocina! - Le señaló el lugar con su dedo - ¡Y tú también! - alcanzó a agarrar a su hija que cuando vió que se le venía la noche empezó a caminar sigilosamente hacía sus amigos, pero su madre fue más rápida.

La basquetbolista y su hija caminaban por detrás de la pelirroja. La dos mirando al piso y con sus manos detrás de la espalda - Estamos en problemas mami - le dijo Beth muy despacio a la morena - Los ojos de mamá están que arden - Y no se equivocaba, Cheryl no tenía nada que envidiarle al ciclope de los X men.

- Lo se bicho bolita, lo se - aunque esa mirada le causaba otra cosas a Toni que definitivamente su hija no tenía que saber.

Cheryl se paró en la puerta y miró al cocinero y algunos mozos que estaban en el lugar. - ¿Me pueden dejar un momento a solas por favor? - pidió amablemente.

Cuando, donde y como el amor quiera // ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora