Capítulo 77: El cuento de pinocho

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Dos meses después - Casa Blopaz.

Toni estaba en la sala de su casa acostada en el sillón, con su nieta sentada en su estómago y apoyada en las piernas alzadas de la morena. Mientras Cheryl, las miraba desde la entrada de la sala sin hacer ruido para no interrumpir ese momento.

- ¿De quién es está naricita? – Toni alzaba su mano y con su dedo dibujaba la nariz de Rose - ¿Y estos ojitos? – Ahora recorría el párpado de la bebé - ¿Y estos cachetitos? – Con ambas manos agarraba el rostro de la pequeña - ¿Son todos de la abuela cierto? – Jugó Toni.

- Bla fffffurrrffffff bla pruuuff – Rose balbuceaba cosas sin parar.

- Tienes razón – dijo Toni – le podríamos dejar algo a tu otra abuela, después de todo ella es la dueña de la belleza que heredaron ustedes... Deberíamos darle una orejita aunque sea – poco generosa con su mujer. Rose se dejó caer en el pecho de su abuela y mientras le babeaba la remera, jugaba con las partes del rostro de la deportista.

- Definitivamente este pequeño traserito – Toni la tenía agarrada de la cola. – Es mio... Y no lo comparto con nadie ¿Cierto ovejita? – La pequeña ahora pasaba a morder la nariz de su abuela.

- Soy tan irresistible que me quieres comer a besos – le dijo a la bebé. – Lo mismo que le pasa a tu abuela Cheryl, no puede dejar de tocarme ni de darme besos... Hay veces que me tengo que venir a este sillón para que deje de acosarme... - Mentía.

Cheryl no aguanto y tuvo que intervenir - ¿Acaso le estás mintiendo a nuestra nieta? – La pelirroja caminó hasta el sillón y se sentó en la otra punta entrecruzando sus piernas con las de su esposa. Apenas Rose vió a su otra abuela trató de gatear por el cuerpo de la morena para llegar a la pelirroja, Toni la tuvo que ayudar con su manos.

- Ratita traicionera junior, me cambias por un buen par de te...

- ¡Antionette! – Cheryl pensaba que Rose era muy pequeña para escuchar las guarangadas de su esposa.

- Un buen par de ojos – terminó la frase incorporándose en el sillón para llegar a la boca de su mujer – y los labios más ricos del mundo – la besó. Rose sentada en las piernas de la pelirroja no quería que se distrajeran entre ellas así que se colgó del cuello de su abuela.

- ¿Hablaste con Beth? – Le preguntó la morena logrando que su esposa asintiera - ¿Ya están instalados en el hotel? – Beth y Lucas habían decidido hacer un viaje romántico por Europa.

- Si... Aunque extraña mucho a Rose – contestó besando la cabecita de su nieta – Lucas dice que apenas recibió la foto que le mandamos de Rose durmiendo entre nosotras se largó a llorar y empezó a decir que era una mala madre por no llevarla con ellos – contó riendo.

Toni rio con ellas. – Ya vamos a ver si sigue pensando lo mismo después del sexo europeo. ¿Recuerdas nuestro viaje a Europa? Al segundo día ni nos acordábamos que teníamos hijas... Tú hasta quisiste abandonarlas y quedarnos a vivir en Italia – le refrescó la memoria a su esposa.

- No es cierto – Toni la miró.

- Rosie dile a tu abuela Cheryl, que si miente le va a crecer la nariz como a Pinocho – Toni apretó la nariz de su nieta.

- Por lo menos esta vez usaste el cuento infantil – Toni le solía contar a Cheryl, la historia de una pinocha, que cuando mentía en vez de crecerle una nariz, le crecía un miembro entre sus piernas. De más está decir que en la cama Toni actuaba de pinocha y Cheryl era la esposa que la hacía mentir.

- Con Rosie si, pero si quieres esta noche te cuento "Pinocha" a ti – la ovejita estaba hecha un sándwich entre sus abuelas. Pero no se crean que la bebé se quedaba atrás, parada entre media de ambas las imitaba y empezaba darles besos sopapa a las dos.

Cuando, donde y como el amor quiera // ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora